Raphael Hofstein, presidente de la compañía israelí Hadasit, ve en esta ciencia una oportunidad de inversiónmadrid. El Estado de Israel destina anualmente entre 50 y 60 millones de dólares a investigación y desarrollo biotecnológico. No en vano forma parte de los cinco países líderes en número de publicaciones y patentes per cápita sobre este área científica. En este engranaje, Raphael Hofstein es una pieza importante. Preside Hadasit, una spin-off (empresa de base tecnológica) vinculada a la prestigiosa organización médica Hadaza de Jerusalén y llegó ayer para intervenir en Biospain/Biotec, uno de los foros sobre la materia más importantes que se celebran en nuestro país. En su opinión, existe un "gran interés por parte de las compañías israelíes en buscar áreas de similar desarrollo investigador y crear sinergias académicas y empresariales en España". Lo cierto es que existen protocolos de cooperación entre ambos países, pero ¿cuál es el problema? "Falta voluntad política por parte de nuestro país para llevar estos acuerdos a término", se queja Juan Carlos Castrofil, director general de Next Medical y miembro de la Cámara de Comercio España Israel. En opinión de Hofstein, "Europa tiene un gran potencial investigador". Ya hubo un precedente, el proyecto Biolink, que nació en 2002 con el objetivo de reunir esfuerzos para desarrollar programas de investigación biotecnológica, con Gran Bretaña, Alemania y Francia involucrados, entre otros, además de Israel. "Pero las compañías creadas fueron desvinculándose del proyecto y vendiéndose a otras más consolidadas en el mercado". Siguiendo el esquema de su país (el sector lo componen 150 empresas, incluidas 40 incubadoras de spin off), Hofstein ve esencial, "por no decir crítico", el apoyo gubernamental para promover la investigación en biotecnología. "Además de una comunidad financiera dispuesta a invertir en estas pequeñas compañías, en forma de business angels (inversores privados que ayudan en la gestión de la empresa) o venture capital (capital que invierte en proyectos de riesgo)". De hecho, la mayoría de las empresas que forman este sector en Israel son de pequeño tamaño, con menos de 20 empleados. Avances médicosLa investigación en biotecnología que lleva a cabo Hadasit se centra en el área médica y desarrollo de productos. "Trabajamos con células embrionarias, para tratar el sistema nervioso; del cordón umbilical, para actuar sobre el sistema sanguíneo (y tratar por ejemplo la leucemia), y con células adultas, para la recomposición ósea". La de las células madre es una de las áreas "que más avances está experimentados los últimos años", explica Hofstein.Además, un tercio de las empresas biotecnológicas de Israel están especializadas en biofarmacología. Lo último en este campo es el desarrollo de tres productos indicados para tratar la enfermedad crónica de la esclerosis múltiple y las patologías neurodegenerativas del Alzheimer y el Parkinson.