La medida será obligatoria en 2008 para todas las sociedades anónimas, incluso las no cotizadasLos directivos responderán solidariamente con administradores de la veracidad de las cuentasmadrid. El cerco sobre la información privilegiada y el abuso de poder se estrecha. A partir de ahora, todas las sociedades anónimas, sean cotizadas o no, deberán informar sobre las operaciones relevantes que realicen con sus altos ejecutivos. Así lo establece una nueva directiva europea de modernización del Derecho de Sociedades Comunitario, que afecta a todos los países del Espacio Económico Europeo, que deberá incorporarse al derecho español, como muy tarde, en septiembre de 2008. Además, como se trata de una reforma de mínimos, los Estados podrán endurecer estas medidas, pero nunca recortarlas.En España, las compañías cotizadas ya estaban obligadas a publicar las operaciones vinculadas que mantienen con otras empresas del grupo o con sus consejeros. Una exigencia que la reforma comunitaria ampliará a todas las sociedades anónimas.Evitar los abusosCuando España transponga la nueva directiva, todas las empresas deberán señalar, en la memoria de sus cuentas anuales, las transacciones que han llevado a cabo cada ejercicio con partes vinculadas, con el detalle del importe de la operación y la naturaleza de la relación vinculada. Hasta ahora, quiénes habían estado en el punto de mira eran las empresas participadas, los consejeros y los accionistas de referencia. La nueva directiva hace ahora hincapié en los altos ejecutivos.No obstante, estas operaciones sólo deberán comunicarse cuando sean significativas y no se hayan realizado en condiciones normales de mercado. Pero, ¿cuándo una transacción es significativa? Según el nuevo Código de Buen Gobierno, cuando su importe supere el uno por ciento de los ingresos anuales del directivo, consejero o empresa con quien se ha mantenido esta relación de negocios. Y, ¿qué es parte vinculada? La CE ha optado por extender a toda la legislación mercantil europea el sentido establecido en las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) que define las partes vinculadas como aquellas que controlan o tienen una influencia significativa sobre la empresa informante, entre las que se incluyen las empresas dominantes, las filiales y los negocios conjuntos, incluyendo a los propietarios y sus familias, los principales directivos clave y los planes de prestaciones relacionadas con la jubilación.Acuerdos fuera de balanceLa reforma comunitaria exige además a las empresas (excepto las pequeñas) a señalar en su memoria los acuerdos individuales no incluidos en el balance: desde el descuento de deudas, a los acuerdos combinados de venta con pacto de recompra posterior, pasando por los acuerdos de consignación de mercancías o los de compra sin derecho de rescisión (take or pay). La directiva incluye en este punto los acuerdos de titulación entre sociedades diferentes y sin forma jurídica definida, la pignoración de activos, los acuerdos de arrendamientos operativos o los contratos de externalización de servicios propios (outsourcing) tan de moda en la actualidad y otros similares. En todos estos casos, las empresas deberán reflejar en su memoria la naturaleza y el propósito del negocio y, si facturan más de 35 millones de euros, el impacto financiero que estos acuerdos puedan tener sobre los beneficios.Otro de los puntos destacados de la normativa es la extensión a los altos directivos de la obligación que tienen los consejeros de velar por la veracidad de las cuentas. Para garantizar un verdadero compromiso de las compañías con la nueva normativa, los administradores, directivos y supervisores serán responsables solidarios de la información que reflejen sus estados financieros, tanto los individuales como los consolidados en su caso.No obstante, la directiva deja libertad a cada Estado para fijar el contenido exacto de esta responsabilidad que se debería traducir en sanciones "eficaces, proporcionadas y disuasorias". Y eso, con independencia de las responsabilidades individuales que puedan establecer los tribunales. Este punto tampoco afecta a las pequeñas empresas.En línea con ContheLa nueva directiva europea persigue poner coto a los continuos escándalos relacionados con el abuso de poder, la información privilegiada y el trato de favor. Un cáncer que también ha intentado erradicar Manuel Conthe, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con el nuevo Código de Buen Gobierno.Este documento, aprobado el pasado mayo, pide a las empresas que informen sobre todas las operaciones vinculadas con sociedades del grupo, sus accionistas de referencia, consejeros y directivos. Además, el máximo órgano de administración deberá dar el visto bueno a estas operaciones.Donde el Código también intentó endurecer los controles fue en las relaciones entre matrices y filiales cotizadas. Inicialmente, se recomendaba que una empresa cotizada no pudiera tener en bolsa sociedades participadas. Pero las ampollas que levantó esta recomendación, terminó rebajando la propuesta que, al final, sólo pide informar sobre las relaciones de negocio que mantengan la matriz con su filial y los mecanismos para evitar conflictos de interés.