Doce jóvenes recibirán formación en liderazgo y elaborarán un plan de empresa para su explotaciónbarcelona. Un empresario de la gran ciudad madruga, trabaja unas diez horas al día y permanece pendiente del negocio las 24 que tiene el día. Un ganadero con su propia explotación tiene los mismos horarios y responsabilidades. Podría decirse que los separan la calidad del aire que respiran, la indumentaria y hasta ahora muchos creían que la formación. Nada de eso. "Nosotros somos empresarios y regentamos una compañía como cualquier otra. Pasamos horas allí y tenemos que estar encima del negocio para mejorar", asegura Jordi Casals, ganadero del sector porcino que desde los 22 lleva su explotación de 150 hectáreas junto a dos trabajadores más. Acaba de cumplir 24 años.Como él, nueve chicos y dos chicas, todos menores de 30 años, son la primera promoción del Proyecto Jóvenes Emprendedores y Cooperativistas del Sector Porcino. "Dedicarse al campo es sacrificado y para que sea rentable hay que funcionar como un empresario", asegura Ramón Armengol, responsable de Desarrollo Rural de la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña, impulsora de este 'máster porcino', junto al Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat.Es la primera experiencia de este tipo que se desarrolla en España y se ha elegido Cataluña y este sector porque representa el 30 por ciento de la producción agraria de esta comunidad. La idea fue aplaudida por representantes estatales del sector en un congreso en Santiago de Compostela hace 4 meses.Pocas semanas después encontraron una administración dispuesta a desembolsar los 100.000 euros anuales que cuesta el proyecto. Cada viernes, durante tres años, los jóvenes dejarán su explotación ganadera para acudir a las clases que imparten diferentes miembros de cooperativas y empresarios del sector. "La primera parte de las clases es teórica y la segunda parte del día es más práctica", explica Eduard Bes, tutor del curso y encargado de evaluar la progresión de estos pequeños empresarios. El objetivo es que contacten con directivos agrarios de la zona, conozcan el sector en que se mueven, tomen la dimensión del mundo en que trabajan y "no se equivoquen al tomar decisiones. Es una experiencia piloto pero queremos que sirvan de espejo en el que se reflejen el resto de jóvenes de la zona. Si no conseguimos que ellos se interesen por este sector, acabará por desaparecer", reflexiona Bes.Escasez de emprendedoresPero conocer el sector desde dentro no lo es todo. El curso incluye talleres de cómo hablar en público y mejorar la capacidad de comunicación, "fundamental para saber vender el producto en cualquier sitio", además de clases de idiomas. Si algunos empresarios con corbata hablan inglés por los codos, estos jóvenes no serán menos. La internacionalización es una de las características de la formación en liderazgo que ha emprendido el sector. "La Unión Europea es el mercado. El idioma es fundamental para conocer los flujos, consumos hábitos, maneras de producir y comercializar la carne en el resto de Europa", asegura Armengol.El relevo generacional es uno de los problemas del sector agrícola y ganadero, "llevamos unos 15 años sin relevos y se nota", sentencia Bes. Este primer grupo ha sido seleccionado en diversas comarcas catalanas por cumplir unos requisitos "que escasean". No son mayores de 30 años, cuentan con estudios superiores -desde licenciados en Ciencias Empresariales hasta ingenieros agrónomos- son propietarios de alguna explotación ganadera, socios de cooperativas y llevan el negocio en la sangre.Además de la formación teórica, cada uno, tras analizar la debilidades y fortalezas de su propia explotación, elaborará un plan de empresa para mejorar su productividad. El tutor vigilará de cerca cómo fabrican esta memoria. "Seré como un profesor particular. Estaré encima de ellos como ellos deben estarlo de su empresa", recuerda Bes. La elaboración y aplicación del Plan de Empresa dura dos terceras partes del curso, un poco más de dos años. La informática también forma parte de la vida de estos animales. La tecnología permite mejorar los costes de producción y ahora más que nunca es necesaria ya que, según Armengol, llega una época de vacas flacas para el sector. "Se recortarán las ayudas, se dificultará la salida de nuestros productos y se facilitará la entrada de otros de fuera, así que la solución es sacar el máximo provecho de cada explotación y hacerla tan competitiva como cualquier otra compañía", asegura.¿La próxima clase? Cómo hablar para vender el producto y dinamización del negocio. Mientras, preparan su viaje a Dinamarca para intercambiar experiencias con jóvenes ganaderos de aquel país.