Es ama de casa, cuidadora y trabajadora remunerada a un tiempomadrid. Es un hecho, sin marcha atrás, que la mujer está incorporada de lleno en el mercado laboral pero, ¿supone eso que las tareas domésticas se reparten? Nada de eso, ellas siguen cargando con el muerto y además está afectando a su salud seriamente. Por lo menos así se expone en el segundo informe sobre Salud y Género 2006 del Ministerio de Sanidad. En éste, se explica que el aumento de la esperanza de vida de la población, el descenso en la natalidad y el retraso en la edad de emancipación de la juventud, están provocando que gran parte del peso de la sociedad recaiga ahora sobre las personas maduras, tanto en el terreno productivo como reproductivo, es decir ese 24 por ciento que está en la franja de 45 y 65 años. El informe prueba que este peso se distribuye de manera desigual en mujeres y hombres, lo que tiene importantes consecuencias para su salud. El estudio obtiene estas conclusiones a partir de datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística, la Encuesta Nacional de Salud y diversos artículos publicados en revistas científicas. Mientras que en los hombres los roles asignados apenas han variado con el paso del tiempo, la incorporación de la mujer al mercado laboral no ha supuesto para ellas un alivio de las tareas domésticas, con lo que se enfrenta a jornadas laborales dobles o, incluso, triples. Casi el 100 por cien de las mujeres de entre 45 y 65 años dedica casi seis horas diarias a las actividades relacionadas con el cuidado del hogar, pero sólo el 71 por ciento de sus contemporáneos lo hace, y su dedicación no alcanza las dos horas y media por jornada. Por otro lado, el 40 por ciento del total de las mujeres se ha incorporado al mercado laboral y, además, el 84 por ciento de las personas cuidadoras son igualmente mujeres, cuya media de edad son los 52,9 años. Estos roles de ama de casa, cuidadora de las personas dependientes y trabajadora remunerada suponen una sobrecarga de funciones.