La Cambra de Comerç impulsa dos fundaciones para ayudarles con el peso burocráticobarcelona. Todas las pymes coinciden en algo: la escasa ayuda que reciben a la hora de adaptarse a las nuevas legislaciones que cada día deben adoptar. Además de guías y asesores privados que pagan de su bolsillo, las fundaciones son otra de las herramientas a disposición de la pequeña y mediana empresa para dar impulso a su actividad y aligerar el peso burocrático. La Cambra de Comerç de Barcelona impulsará a partir del año que viene dos nuevas fundaciones dedicadas a las pymes. La primera de ellas es la fundación Empresa&Clima que ayudará a la pequeña y mediana empresa ante los nuevos retos que supone la legislación medioambiental y, ya de paso, a contrarrestar el cambio climático desde el mundo de la empresa. La Fundación buscará, además de apoyar a las empresas, la manera de desarrollar oportunidades de negocio derivadas del mercado del cambio climático y llevar a cabo programas para mejorar la eficiencia en la reducción de emisiones a la atmósfera. Y es que según datos del reciente informe Stern sobre las consecuencias del cambio climático, los costes de no actuar de manera inmediata contra el cambio climático podrían representar hasta un 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. La segunda de las fundaciones que la Cambra de Comerç pondrá en marcha será la Fundació Privada Knowledge Innovation Market BCN, la Fundació Kimbcn. Impulsada junto al Centro Tecnológico Leitat, contribuirá a mejorar la competitividad y el progreso tecnológico de las compañías a través de proyectos de transferencia tecnológica. De nuevo es el I+D la mayor preocupación para las pymes. Kimbcn buscará a partir del año que viene la colaboración entre el sector público y el privado para revalorizar y comercializar en Cataluña y fuera de ella todos los proyectos fruto de la investigación de la pequeña y mediana empresa catalana. Esta fundación se encargará, según la Cambra, de detectar las tecnologías emergentes que se puedan comercializar rápidamente a través de una licencia, de la venta de la tecnología o bien creando una empresa de base tecnológica. Para ello dispondrá de una unidad de valorización tecnológica encargada de planificar el cambio de prototipo industrial en un producto comercializable.