El grupo gallego Élivo vende sus productos en Japón, China y los países árabes, Dubai, Líbano y TurquíaMADRID. Ramón Bodenlle estudió biología, y al terminar la carrera comenzó a investigar en temas de medioambiente y bodegas. De esta forma, se sumergió en el mundo vinícola, convirtiéndose en el director del Grupo Élivo, una empresa gallega comercializadora de vino sin alcohol. En 2006, con los resultados de sus investigaciones, descubrió que el vino era bueno para el sistema cardiovascular. Sin embargo, con el decreto que limitaba el uso de publicidad en bebidas alcohólicas que hicieran referencia a beneficios de la salud, no podían darlo a conocer. Por eso decidió desalcoholizarlo para difundir sus propiedades. Una iniciativa que según Bodenlle, era pionera en el mercado. "Cuando empezamos no había nada hecho en este campo. Comenzamos en Galicia, luego nos extendimos a todo el país llevando el producto tanto a hostelería, con distribuidores en diferentes provincias, como en algún supermercado; y en 2009 realizamos la primera producción a nivel con 30.000 botellas" explica el empresario. La firma, que comenzó ofreciendo un vino tinto de rioja, cuenta actualmente con una oferta amplia de productos que van desde vinos blancos de uva albariño, hasta tintos o un vino espumoso "que es como un cava, pero sin alcohol". Sus productos se encuentran presentes en la mitad de las provincias españolas, además de tener presencia internacional en países como Japón, China, Dubai, Líbano o Turquía, "aunque también hacemos exportaciones a Suecia, Reino Unido, Canadá y Sudamérica, pero son cosas más puntuales" explica Bodenlle. No obstante, el director de Élivo afirma que aunque una gran parte de sus compradores se encuentran en los países árabes, "el grueso de consumidores viene de gente que habitualmente consume vino"; además de mujeres embarazadas, personas que toman medicamentos o eventos especiales como cenas que después requieren conducción, que también son perfiles que demandan este producto. Diferencias de mercado Además de las propiedades cardiovasculares, el empresario destaca que el vino sin alcohol "tiene 12 kilocalorías por 100 mililitros, que es la mitad de lo que tiene un yogurt desnatado; mientras un vino con alcohol tiene 250 kilocalorías por cada 100 mililitros". Otra diferencia que ofrece este caldo con respecto al vino tradicional es la falta de regusto, que "es el ligero picor que deja el vino en la boca, y que en nuestros productos desaparece, por ser una característica propia del alcohol". Una de las partes más complicadas de la labor comercial de vender este producto en el extranjero, parte de los controles y aduanas que éstos deben de pasar. "En España y Europa, el vino puede denominarse sin alcohol cuando está por debajo del 0,5 por ciento. Sin embargo, en los países árabes tiene que tener una tasa de alcohol por debajo del 0,02 por ciento para poder superar los controles que impone la junta islámica" explica el director de Élivo. Con respecto al proceso de internacionalización, Bodenllea puntualiza que para comenzar a abrirse mercado en el exterior, fueron muy importantes las ferias internacionales. "Acudimos a Alimentaria en Barcelona y Sial en París, y a raíz de ahí, comenzamos nuestra incursión en otros países" explica. No obstante, el empresario califica al proceso como "lento y complejo porque se producen muchas trabas antes de introducirse en una zona, especialmente en China y los países árabes donde son muy exigentes con el tema del alcohol". El gusto, según la procedencia El director de la compañía afirma que existe una relación entre los gustos vinícolas y la nacionalidad de los consumidores, decantándose por un tipo u otro "en función del país al que pertenezcan". "En la zona de Cataluña y el Levante, los consumidores optan por vinos blancos con uva moscatel. En la zona norte, en cambio, se decantan por los vinos blancos con uva albariño, que es más ácida. Países como Japón buscan vinos ácidos y otros como Rusia, Bielorrusia o Polonia prefieren los semidulces, que sin embargo, tienen muy poca producción en nuestro país. Por eso, estos aspectos hay que tenerlos muy en cuenta antes de internacionalizarse a otros países." explica Bodenlle.