Un 52% las empresas tienen potencial para fomentar la cultura corporativabarcelona. Pocos directivos deben desconocer a estas alturas qué significa la responsabilidad social corporativa, pero seguro que si se les pregunta cómo aplicarla a sus propias compañías el desconocimiento aumentaría considerablemente. "El problema es medir la cultura corporativa de las compañías. Si vas y se lo preguntas a un director de Recursos Humanos, dará contestaciones adecuadas pero seguramente no serán verdad", explicó ayer el profesor del IESE Pablo Cardona. Durante dos días, esta escuela de negocios ha reunido a diversos expertos para debatir sobre los códigos de buen gobierno de las empresas, el liderazgo ético y su aplicación en diferentes países.Bryan W. Husted, del Instituto de Empresa, apuesta por elegir el modelo de responsabilidad social corporativa (RSC) en función de los beneficios que se persigan para la empresa y, de hecho, en la mayoría de las empresas de Italia, España, Centroamérica y Portugal, ésta empieza a ser la opción más elegida. Los modelos que se aplican actualmente en Europa son tres. Por un lado, se puede comprar la RSC al contratar fuera algún servicio que aporte valor añadido a la empresa. "Esta posibilidad es la que se considera filantropía clásica", según Husted. Otra de las maneras es hacer responsabilidad social internamente buscando beneficios para la empresa. Uno de los ejemplos más claros que ha trasladado las fronteras europeas es el de la cementera mexicana Cemex, que en colaboración con una asociación de ese país, construye casas para los desfavorecidos. Eso sí, este modelo repercute directamente en su negocio, el cemento de la construcción es suyo. El último de los modelos es el de desarrollar proyectos conjuntos con terceras organizaciones. Empresas como Telefónica o La Caixa ya hacen seguimiento de las cantidades que abonan a entidades como parte de su programa de responsabilidad social. Según Cardona, un 52 por ciento de las compañías españolas tiene potencia de cultura corporativa, cifra similar a la del resto de países europeos. "No hay factores país en cuanto a RSC. La cultura no depende de los accionistas sino de los directivos que lo forman", apuntó.