Las centrales de compras presentan un informe al Consejo Europeo para cambiar la legislaciónbarcelona. Bienvenido a la Unión Europea, moneda única para casi todos, libre circulación de mercancías y de personas y legislación común cada vez en más aspectos... Para todos, incluido el pequeño comercio. A mayor homogeneidad, más posibilidades de sentirse marginado. El pequeño y mediano comercio europeo asociado a centrales de compras se siente así, excluido por la legislación. "Nos equipara a las grandes cadenas y nos aplica las mismas reglas que para ellas sólo sirve en momentos puntuales, como procesos de fusión a similares", explica Laura López, gerente de la Asociación Nacional de Centrales de Compras y Servicios (Anceco) a este diario. "Esa legislación es para momentos puntuales, pero nuestra situación es permanente, funcionamos las 24 horas de día como una central de compras". Este sentir de la central de compras (CCS) mayoritaria en España es el mismo que el del resto de CCS europeas. A la espera de respuestaPor esta razón, hace dos meses escasos, UGAL (Union des Groupements de Détaillants indépendenants de l'Europe) presentó un informe en Bruselas alertando de la situación de desigualdad en que vive el pequeño comercio agrupado en CCS. De momento, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, estudia el informe, pero no hay respuesta por parte de ningún departamento de la Unión Europea. "Sólo pedimos que no se nos incluya en el mismo saco que al comercio en general, porque nuestra naturaleza es distinta. Pedimos un capítulo aparte o una legislación propia", remarca López. El presidente de Anceco, Benito García, explica que una CCS permite "disfrutar de las mismas ventajas a las pymes que a las grandes a la hora de realizar transacciones comerciales con sus proveedores", lo que les permite ganar competitividad.Según Paul Dobson, autor del informe enviado al Consejo Europeo, el hecho de que una central pueda unir recursos, practicar una economía de escala y beneficiarse de ella se ve limitado "no por su propia capacidad de actuación, sino por impedimentos legales". Aseguran que la legislación sobre competencia que comparten los países miembros limitan el control que pueden ejercer sobre las promociones y los precios minoristas, sobre las decisiones de existencias y gamas de productos a nivel de tienda y los requisitos de compra de los socios de la CCS. Así, las medidas actuales "afectan a la eficiencia del grupo y a la consistencia de la oferta e imagen minorista ofrecida a los consumidores". Aseguran desde UGAL que de no "solucionar" pronto estas "desventajas competitivas", el sector minorista europeo puede verse perjudicado "al reducir su diversidad y su pluralidad". Puntos prioritariosEntre los puntos de la legislación más urgentes a reformar figuran tres que López señala como prioritarios: la cuota de mercado que puede acaparar una CCS está fijada en un 30 por ciento, pero "ahora con la globalización y el aumento de la competitividad nos preguntamos cómo se fija y se mide esa cuota". Hasta ahora los asociados sólo podían comprar el 80 por ciento de sus productos a través de una central de compras con un contrato a 5 años: "Pedimos que no se pongan ni mínimos ni máximos, que podamos actuar sin desventaja con las grandes cadenas".Y, por último, según la legislación de competencia en el comercio, las CCS no pueden fijar el precio de venta al público de sus socios. En cuanto a este punto el informe pide poder fijar precios minoristas "con finalidades promocionales de corta duración para favorecer la competencia entre grupos y fomentar que las compras conjuntas sean realmente eficientes".