Los expertos insisten en que se cuidan más los riesgos laborales físicos que los psíquicosEs difícil detectar el estrés por culpa del trabajo porque no se incluye como enfermedad laboralmadrid/paris. El estrés, el mobbing o acoso laboral, la indefinición de responsabilidades o roles que llevan a una situación de inseguridad y total vulnerabilidad en el trabajador... son circunstancias de difusa detección y tratamiento, de índole psicosocial, que empiezan lentamente a desbancar como factores de riesgo laboral a los más comunes hasta ahora, los físicos o ambientales. El último informe de salud laboral correspondiente a 2006 hace alusión, en una de sus conclusiones, a que puede estar consolidándose la "tendencia descendente en la frecuencia de las lesiones por accidente de trabajo, especialmente las mortales", produciéndose al mismo tiempo un "aumento de la importancia en el perfil de riesgos de otros factores, los psicosociales en especial".Elisa Sánchez, psicóloga, tiene un diagnóstico claro: "Se cuidan mucho más los riesgos laborales relacionados con el daño físico, pero los que aumentan son los psicosociales, y se están empezando ahora a controlar". La clave está, en su opinión, en que pocas cosas se pueden hacer si no se incluye el estrés en el listado de enfermedades profesionales. "En Suecia y Dinamarca se están desarrollando políticas porque sí se considera enfermedad laboral", aclara. Según el informe citado anteriormente, en cuya elaboración interviene el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (Istas), la Unión de Mutuas y la Universidad Pompeu Fabra, el impacto de estos factores emergentes "explicaría los más de 7.400 casos de alteraciones mentales de origen laboral estimadas".Y precisamente detrás de ellos parecen estar los suicidios acontencidos en Francia: cuatro empleados de la central nuclear del grupo eléctrico EDF en Chinon se han quitado la vida en dos años y el Tecnocentro Renault de Guyancourt, donde se conciben y desarrollan los nuevos modelos de la marca, ha sido escenario de tres suicidios en sólo cuatro meses.¿Es posible un escenario así en nuestro país? "Lo cierto es que en estos momentos hay muchas empresas que no están cumpliendo con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que obliga a la elaboración de un estudio de evaluación de riesgos psicosociales", responde María Pau González, profesora de Salud y Trabajo de la escuela de negocios Eada. "Quizá por miedo a averiguarlos o por no saber cómo hacerlo", añade. A esto se suma que muchas empresas "no han evaluado correctamente estos riesgos", dice Pau. Por ejemplo, "abordando medidas para paliar el estrés sin entrar en las causas que pueden estar generándolo". Precisamente el estrés es uno de los principales factores de riesgo psicosocial. Y un problema que no pasa inadvertido, como explica Mónica Grossoni, directora de la consultora Socialnet, es que "no es enfermedad laboral lo que lleva en no pocas ocasiones a diagnosticarse como depresión". Cuando no son lo mismo, aunque compartan componentes, como la ansiedad. Medicamentos mal recetadosAdemás, según Grossoni, se está averiguando que detrás de muchos suicidios en Estados Unidos se encuentran los dopaminérgicos mal recetados para mitigar el estrés. "Unos fármacos que elevan el nivel de energía en el individuo". A Elisa Sánchez no parece extrañarle demasiado lo ocurrido en el país galo. "La mayoría de las bajas laborales tienen que ver con úlceras y depresiones", dice. "En Japón es relativamente fácil que se hagan el harakiri en el propio puesto de trabajo. El alto nivel de estrés conduce a la depresión", añade. Según avanza el conocimiento de esta problemática, también lo hace el número de recursos con los que se puede contar para prevenir y actuar. Pau considera que hay metodologías muy avanzadas desarrolladas por el Istas y por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Conceptos básicos son la clarificación de roles y responsabilidades, la provisión de recursos para la formación de empleados, la coordinación de los equipos y el control sobre las condiciones de trabajo.En Francia, Renault ha presentado un "plan de apoyo" a sus ingenieros para atajar el problema y el presidente del grupo eléctrico, Pierre Gadonneix, acaba de encargar una "misión de escucha y comprensión" antes de adoptar medidas concretas."Un suicidio es siempre un acto personal, pero en este tipo de casos cabe interrogarse sobre la responsabilidad del empleador", afirma en las páginas del diario Libération la socióloga Annie Thébaud-Mony, que durante una década ha entrevistado al personal de las centrales nucleares de EDF.En su opinión, no hay duda de que la tendencia al suicidio de trabajadores más jóvenes, entre 30 y 45 años, está "vinculada a las transformaciones en la organización del trabajo", a la presión para cumplir objetivos y respetar las consignas -especialmente en materia de seguridad- en plazos cada vez más cortos. Y la presión es todavía mayor sobre el personal subcontratado, que sufre la precariedad además de la sensación de impotencia. Tan sólo durante 1995, los sindicatos identicaron siete suicidios de subcontratados en la central de Chinon. Algo similar denuncian los sindicatos de Renault. La CGT se queja del "clima de ansiedad" que reina en el Tecnocentro debido al ambicioso plan "Contrato 2009", lanzado por el presidente, Carlos Ghosn, para aumentar la rentabilidad, que supone un aumento de la carga de trabajo y un "estresante" sistema de management y evaluación de los trabajadores. En EDF, el director de riesgos y la directora de recursos humanos deben presentar su informe sobre los suicidios antes del 15 de abril. Y el presidente de Renault manifestó recientemente su preocupación en una reunión interna: "El management es una noción fundamental porque afecta al primer recurso de la empresa, las mujeres y los hombres. Sin ellos, no hay futuro ni éxito posible para la empresa. Renault no tiene derecho al fracaso, pero un trabajador, sí". Ghosn ha reorganizado la dirección del Tecnocentro de Guyancourt y el pasado 1 de marzo encargó a su número dos, Jean Louis-Ricaud, un plan de acción para mejorar las condiciones laborales y planificar mejor la carga de trabajo, presentado 15 días después. El plan, que prevé la contratación de 110 especialistas del automóvil para hacer frente al aumento de actividad de 2007 y 2008, persigue mejorar la evaluación, la planificación y el reparto de la carga de trabajo, así como una "intensificación de los programas de formación prioritaria" en informática, gestión económica e inglés.