madrid. Seguro que en alguna ocasión ha oído eso de que por los zapatos que lleva, se puede saber cómo es una persona. Con tacón, planos, con cuña, con cordones, con velcro, botas, mocasines, sandalias, deportivos, de cuero, de lona… tantos modelos como tipos de personas. Y todos ellos estarán en Sipiel, la Semana Internacional del Calzado y la Marroquinería, que se celebra desde hoy y hasta el domingo en Ifema.En realidad, Sipiel tiene un poco de happy hour: dos por uno. En el salón, que se celebra cada dos años, se reúnen Modacalzado -el Salón Internacional del Calzado- e Iberpiel Marroquinería -el Salón Internacional de Marroquinería y Artículos de Piel-. SuperficieCon 33.700 metros cuadrados de superficie y 681 expositores invitados, Sipiel es una cita obligada para todo profesional del sector. Un sector que en España emplea a más de 33.000 personas.Después de 19 años de Sipiel, y mientras que el sector del calzado sigue aguantando el tirón de la competencia china, el futuro se presenta optimista: en un país en el que a un 71 por ciento de la población le gustan los zapatos (más a ellas que a ellos) y donde cada ciudadano tiene una media de diez pares, se puede decir que las ventas están aseguradas.El problema es que los artículos vendidos no siempre son fabricados en España -segundo productor y exportador de calzado de la Unión Europea-, sino en países donde la mano de obra y el material son mucho más baratos. De hecho, el principal proveedor del mercado español de calzado es China, de donde provienen el 72 por ciento de las importaciones, según los datos de la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE). Muy lejos, con 20 millones de pares importados en 2006, le sigue Vietnam, que poco a poco va ganando terreno.¿Pero cómo competir con el más barato, no se puede? La respuesta ya es prácticamente una obviedad: la calidad. Y en esto España tiene mucho que decir: según un estudio realizado por Zapatos de España, el calzado nacional aprueba con nota: el 69 por ciento de los encuestados puntúa con un 8 la calidad de los zapatos made in Spain, mientras que el diseño se queda con un notable bajo: un 7.A pesar de esto, la balanza de exportaciones e importaciones sigue siendo negativa para el mercado español: si en 2006 se vendieron al extranjero 94,6 millones de pares, se compraron 295,7 millones. Pero que no cunda el pánico. Si hablamos de volumen de negocio, las cosas están más igualadas: el año pasado nos compraron zapatos (principalmente nuestros colegas europeos) por valor de 1.718,3 millones de euros, mientras que nosotros nos gastamos en calzado fabricado fuera de nuestras fronteras un total de 1.637,3 millones de euros.Pero, cifras a un lado, ¿cómo vamos a vestir nuestros pies el próximo invierno? Pues para gustos, los colores. Aunque se pueden trazar algunas tendencias generales: en marroquinería, los estilos románticos se combinarán con el minimalismo y, para los más atrevidos, con un toque scottish punk. Para los zapatos, el brillo del charol asegura dar un poco de vida a los casi siempre aburridos tejidos invernales. Algunas de las firmas más prestigiosas que no se perderán la cita de este fin de semana ya han adelantado cuáles son sus apuestas para la próxima temporada y, aunque según el estudio de Zapatos de España las españolas prefieren los planos y el tacón medio, los reyes de la pista siguen siendo, sin duda, los stiletto. Y es que los diseñadores conocen al dedillo la regla proporcional según la cual las piernas de una mujer van ganando en estilo y elegancia a medida que sus tacones van ganando centímetros.Firmas españolasUn ejemplo es la firma Pons Quintana, que aunque se mantiene fiel a sus cuñas marca de la casa, se guarda los tacones de aguja para las ocasiones especiales. Lo mismo hace la casa menorquina Jaime Mascaró, otra de las invitadas a la feria, que si bien para el día recurre a diseños más funcionales, la noche está reservada para los stiletto.Las dos firmas forman parte de ese grupo de elegidos -junto con otros nombres como Paco Herrero, Salvador Sapena e Imara- que han conseguido convertirse en referencia mundial del diseño. Si hace unos años el único español que había conseguido hacerse un hueco de honor en el mundo del zapato era Manolo Blahnik, a día de hoy, según FICE, el calzado nacional tiene ya tiendas propias en 94 ciudades de 40 países diferentes: capitales de la moda como París, Londres, Nueva York y Tokio ya exhiben en sus escaparates modelos de los más prestigiosos zapateros españoles.