madrid. Existen datos estadísticos que revelan que un negocio puede ser un 21 por ciento más productivo si sus trabajadores se sienten en un entorno adecuado. Esto es lo que persigue precisamente el feng shui, una técnica milenaria china que busca el equilibrio entre las personas y su entorno. Algo que comienza a interesar al mundo inmobiliario ya que puede aplicarse a cualquier ámbito, vivienda, comercios, despachos, espacios industriales... De hecho, el empresarial, un entorno entre lo público y lo privado, donde la relación de las personas juega un papel fundamental, es especialmente atractivo para las técnicas del feng shui.Hasta la fecha, en España, la mayor parte de la información sobre esta disciplina se ha centrado en aspectos superficiales pero en Estados Unidos, por ejemplo, el conocido como feng shui inmobiliario lo demanda el 30 por ciento de los clientes de este sector. Empresas como The Body Shop, Gap, Elizabeth Arden y los centros comerciales Barney´s de Nueva York lo conciben para cada una de sus tiendas.En la China natal de esta técnica, el 40 por ciento de los negocios la aplica y arquitectos como Norman Foster la utilizan de forma sistemática en la construcción de sus edificios, como el Hong Kong and Shangai Bank, con el que inició una práctica que desde entonces no ha abandonado.Viento y aguaLiteralmente, feng shui significa viento y agua. El origen se sitúa en China, sociedad eminentemente agrícola en la que se creía que el mejor sitio para construir era aquel protegido de los vientos y cerca del agua, elemento que permite disfrutar de una tierra fértil. En la actualidad, la situación del entorno -la belleza, el orden, la luz natural…- sigue incidiendo directamente en el rendimiento de la actividad que se esté llevando a cabo. En el fondo es algo que se sabe de forma intuitiva. "Muchas veces nos preguntamos por qué un local fracasa sistemáticamente aloje un negocio u otro", explica Maru Canales, consultora de feng shui al frente de Octo, la primera firma española que se dedica a aplicar estas técnicas en los negocios.Son muchas las variables que intervienen en la puesta en práctica del feng shui. En primer lugar, es imprescindible la localización y orientación. "Cuando tenemos la oportunidad de empezar un proyecto desde el principio de la construcción, tenemos en cuenta el terreno: sus inclinaciones, clima, alrededores...", explica Canales. Además, hay que tener en cuenta el entorno: no es lo mismo una fachada norte en Santander que en Sevilla, por ejemplo.Un segundo factor es la decoración y distribución interior, que debe estar ligada con la estrategia del negocio. En toda ejecución de este tipo de técnicas es imprescindible el orden y la limpieza. Y sobre todo no acumular cosas inútiles, ya que el espacio que ocupan está impidiendo que nuevos proyectos puedan ser ejecutados.El coste de un estudio de feng shui es proporcional al tamaño del espacio, al número de personas involucradas en el mismo y a los objetivos que se pretendan conseguir. "En la inversión de un negocio, este coste implica décimas porcentuales de la misma", señala Canales, que explica que si lo que se va a llevar a cabo es una reforma el coste puede suponer el 5 por ciento del total del proyecto. En cifras redondas, un estudio de feng shui para una vivienda puede costar de 600 a 3.000 euros, en el caso de un negocio podría ser algo más. En cualquier caso, los expertos en la materia insisten en que el valor añadido que reporta esta práctica supera en muchos sentidos el coste total que supone su implementación.La consultora de Maru Canales ha trabajado con un centenar de empresas interesadas en poner en práctica los fundamentos del feng shui. Incluso ha participado desde la concepción misma de un proyecto empresarial. "Es lo deseable porque, como ocurre para otras muchas cosas, si el feng shui se contempla sobre plano los costes son mucho más económicos que si se quiere poner en práctica estando todo construido".Integrar técnicasSe trataba de integrar estas técnicas en la construcción y gestión del primer centro comercial Autoplaza en España que abrirá en Zaragoza esta primavera. La empresa se dedica a la creación y gestión de centros comerciales especializados íntegramente en el mundo del automóvil y Maru Canales ha estado más de un año, desde que se concibió el proyecto, trabajando estrechamente con los arquitectos, la constructora, los decoradores, el equipo de marketing y la dirección de la compañía "con el objetivo de favorecer la afluencia de público y ventas del espacio". ¿De qué forma? Sometiendo cada una de las áreas del centro a los principios del feng shui y distribuyendo los locales comerciales entre las empresas-cliente en base a las perspectivas de éxito y ventas de cada una de éstas.La sala de reuniones principal fue concebida de la misma manera. La existencia de cada elemento y su disposición en el espacio tiene una razón de ser. Por ejemplo, un objeto decorativo sólido y estable, de un material robusto como hierro o piedra, favorecerá la deseable consistencia o fidelidad en las relaciones con los socios o los clientes, considerados indispensables para el éxito en los negocios.En otro proyecto de empresa, era necesario hacer hincapié en la creatividad. Se trataba de The Candy & Toy Factory, una compañía madrileña de diseño de juguetes. Según los planos elaborados por Octo, el departamento de creatividad se situaba en la esquina suroeste, la que se consideró en su momento apropiada para tal fin. Es más, el propio departamento se distribuyó de tal modo que cada uno de sus integrantes estuvieran situados de la manera precisa en base a sus cualidades y aspiraciones personales. ¿Objetivo final? Obtener el máximo rendimiento posible.