La falta de planificación en la sucesión y los problemas entre sus miembros son sus defectos Una encuesta recoge la opinión sobre el líder de estas empresas: trabajador pero autoritariomadrid. Primera pregunta: si tuviera que mencionar dos defectos típicos de la empresa familiar, ¿cuáles diría? Respuesta: la falta de planificación del sucesor y los problemas entre la familia. Segunda pregunta: ¿y qué dos ventajas destacaría? Respuesta: que son importantes creadores de riqueza y de empleo. Tópicos unos, realidades otras, el caso es que son las principales conclusiones de 153 encuestas a personas que conocen el funcionamiento de este tipo de compañías, más de 2,5 millones en España y cuya facturación supone el 70 por ciento del PIB."Lo problemático es aquello que las distingue. Lo positivo es inherente a cualquier empresa", apuntó Jordi Ballera, director de Investigación de Edelman. Lo hizo durante la presentación del estudio sobre la imagen de la empresa familiar que ha hecho su empresa, en el que se han analizado 1.315 noticias de los dos últimos años y se han entrevistado a 153 personas relacionadas con el mundo empresarial, el académico y el de los medios de comunicación. Pero en general superan el aprobado. El 62,5 por ciento de los encuestados considera que la imagen de las empresas familiares es buena o muy buena. Y cree que ofrece productos de calidad y cuenta con la confianza de los clientes. "Se les achaca poca profesionalidad a la hora de gestionar y cierto conservadurismo, pero éste es un rasgo inherente a la vocación de continuidad que tienen estas empresas y su visión a largo plazo", aclaró Ballera. Éste es el presente de estas empresas, pero los encuestados también reflejaron en sus respuestas los retos futuros. Dos están claros: planificar la sucesión y profesionalizar el equipo. Y hay un tercero que podría aplicarse casi a la totalidad del mapa empresarial español: invertir en I+D. También hay un hueco en este estudio para definir al patriarca de la empresa, al que también le tocaron unas cuantas raciones de cal y otras de arena. "Destaca su capacidad de trabajo, su pasión e ilusión por el proyecto y su espíritu emprendedor. Pero al mismo tiempo también se les ve individualistas y autoritarios", señaló Ballera.Quizá por éste y por otros motivos, los participantes en la encuesta no se mostraron optimistas en cuanto a las políticas de comunicación de estas empresas. El 65,1 por ciento considera que su estrategia de comunicación transmite poco o nada su ventaja competitiva. El 59,8 por ciento cree, además, que es poco o nada profesional y sólo el 29,6 por ciento opina que ha mejorado su forma de relacionarse con los medios. Entonces le tocó el turno a Adrián Cordero, responsable de Comunicación del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), en cuya sede se presentó el estudio. "Me alegra saber que vamos bien, aunque está claro que tenemos que avanzar. Pero el rigor de este trabajo no significa que estemos de acuerdo con todas sus conclusiones", aclaró. Un 'no' para el Buen GobiernoIgual de rotundo se mostró en sus siguientes consideraciones: "No estamos de acuerdo con el buen gobierno. Porque la dinámica de los accionistas es distinta en una empresa familiar, con un accionariado que tiene los mismos apellidos y que está formado por 15 ó 20 personas". Pero aún le quedaba lo mejor. "Estamos hartos de determinados estereotipos, como el de que no se pasa de la tercera generación. Tres generaciones son ni más ni menos que 75 años, y ya me gustaría a mí saber cuántas empresas y cuántos medios de comunicación duran 75 años", constató.