Aunque el SMS sigue siendo el formato más utilizado, el MMS sería el preferidoMADRID. Que levante la mano el que no tenga, a estas alturas del partido, un teléfono móvil. Ahora, que lo haga el que nunca haya recibido un mensaje con algún contenido publicitario. Quizá queden algunos, pero parece que cada vez son menos. Porque en un país como España, con más teléfonos móviles que ciudadanos (44,3 millones de terminales frente a 44,11 millones de personas), los anunciantes han encontrado un filón en el que hacerse un hueco, en especial gracias a las nuevas posibilidades y los nuevos formatos que ofrecen los modelos que van saliendo al mercado. Zed Digital, una de las divisiones del grupo publicitario Zenith Media, ha entrevistado a más de 4.000 usuarios de edades comprendidas entre los 14 y los 40 años, y les ha preguntado sobre el uso que hacen de su móvil, sobre lo que conocen de sus funcionalidades y su opinión acerca de la publicidad en las pantallas de sus terminales. Y todas las respuestas las ha reunido en el estudio Móviles y publicidad. Percepción, usos y tendencias. Porque como advirtió desde el inicio de la rueda de prensa Sergio Lorca, responsable de la compañía en España, Portugal y Latinoamérica, "los móviles son un buen formato para las marcas por la flexibilidad que ofrece, aunque tienen un riesgo: la intromisión en la privacidad del usuario, algo que suele conllevar rechazo". Aunque el SMS sigue siendo el formato más claro para el 33,8 por ciento de los usuarios y el menos intrusivo para más de la mitad, el MMS de vídeo es el que más le gustaría recibir al 40,8 por ciento, el que más le llama la atención al 47,7 por ciento y el más conveniente para el 32,5. Después de los vídeos, los formatos más valorados son los patrocinados, los de imagen y los de audio. Si me compensa, adelantePero los usuarios ponen sus condiciones. El 93,7 por ciento de los españoles aceptaría recibir publicidad en su móvil a cambio de un descuento en la factura o si obtuviese puntos de fidelización de su operador, una opinión que comparte el 90,6 por ciento. Un dato curioso: cuanto mayor es la antigüedad en el uso de la telefonía móvil o mayor es el consumo que realizan en este medio, más predisposición hay para aceptar los envíos publicitarios. Y no quieren recibir cualquier cosa. El estudio destaca también que el 85 por ciento de los encuestados aceptarían recibir publicidad si ésta fuera divertida, entretenida o creativa. Quizá por eso los responsables de la compañía aprovecharon para mostrar a los asistentes algunos ejemplos de creatividad publicitaria para móvil que han realizado para clientes como Leroy Merlin, Mango o Parques Reunidos. "Los jóvenes y los inmigrantes son los que se muestran más abiertos a una publicidad útil, que pueda aportarles un beneficio, como son las promociones y los descuentos", afirmó Sergio Lorca. Precisamente el público joven es el que más consume todo tipo de contenidos y el target más deseado por los publicitarios, en especial los que acaban de introducirse en el mercado laboral y ya disponen de ingresos económicos. Un perfil que, según los datos de Zed Digital, considera el móvil un capricho, por lo que no le importa adquirir terminales de gama media-alta. "Hemos detectado una fuerte sensibilidad por todas las promociones que hace el operador, hacen un uso personal más lúdico centrado alrededor de la imagen y les gusta personalizar el móvil tanto en términos funcionales como estéticos", comentó otro de los portavoces de la compañía. Exigentes como consumidores, el 76,8 por ciento pone otro requisito y quiere decidir cuándo desea recibirlos. "Éste punto es muy importante porque no resulta muy discreto recibir este tipo de mensajes con imagen y sonido si, por ejemplo, estás en el trabajo", apuntó el director de marketing de Zed Digital, José Manuel Redondo. Para conocer un poco más a este tipo de consumidores (también se ha incluido a un grupo de inmigrantes en el estudio), los datos revelan que tres de cada cuatro usuarios utilizan el teléfono para fines particulares, un 20,8 por ciento mezcla los fines personales con los profesionales y un 3,7 por ciento dispone de móvil sólo por culpa del trabajo.