madrid. Los trabajadores españoles siguen ofreciendo una resistencia superior a la media de la Unión Europea a cambiar de país de residencia por motivos laborales, según la Encuesta de Movilidad Laboral 2006 elaborada por PricewaterhouseCoopers (PwC) para la Comisión Europea. En el caso de España, apenas un 15 por ciento de los trabajadores puede incluir en sus expedientes experiencias de movilidad regional o nacional, según la muestra realizada entre directivos de recursos humanos de 445 empresas de trece países de la UE y de Suiza. España sólo aventaja en movilidad laboral a Italia, Austria y Portugal, dentro del grupo de las principales economías europeas. Según recuerda la consultora en una nota, cinco años después del primer estudio elaborado por PwC sobre movilidad laboral en la UE, las cifras no han variado sustancialmente. Los trabajadores del Sur de Europa siguen siendo los más reticentes a vivir en una región o en un país diferente al suyo. Además, únicamente una de cada tres empresas encuestadas afirmó haber recibido peticiones de empleo de ciudadanos de otros países comunitarios, demandas que apenas supusieron el 5 por ciento del total. Otro dato destacable es que la disposición de las empresas a contratar trabajadores foráneos ha caído desde el 21 por ciento obtenido en la encuesta de 2001 al 13 por ciento del sondeo de 2006. Las mayores barreras para las compañías son los diferentes sistemas fiscales, las distintas legislaciones laborales y las grandes diferencias salariales entre los distintos países; mientras que para los trabajadores son el idioma, las trabas burocráticas y las oportunidades de empleo para el cónyuge. La encuesta refleja además que un 87 por ciento de los directivos de recursos humanos encuestados cree que la movilidad laboral es positiva para la cohesión de la UE. Además, un 79 por ciento considera que es buena para el mercado laboral.