Más de la mitad de los trabajadores de EEUU lo sitúan entre los tres factores principalesmadrid. El dinero sigue siendo uno de los principales motivos por los que los trabajadores toman la decisión de cambiar de trabajo. Ésta es la conclusión que se extrae de una encuesta realizada en Estados Unidos por la consultora Watson Wyatt, en colaboración con la central de Recursos Humanos WorldatWork, recogida por The Wall Street Journal.Según los resultados del estudio, que ha tomado una muestra de unos 1.100 asalariados estadounidenses, los trabajadores norteamericanos sitúan el sueldo entre las tres principales cuestiones que entran en juego a la hora de irse a otra empresa, si bien hay diferencias entre el grupo de los empleados altamente cualificados y el resto. De los primeros, un 71 por ciento señala el sueldo como el principal motivo que les lleva a dejar su trabajo, por delante de las oportunidades de promocionarse, con un 33 por ciento, y la calidad de vida, con un 26 por ciento.Sin embargo, solamente un 45 por ciento de los empleados con un nivel más bajo considera el dinero como el factor más importante para decidirse a cambiar de empresa. Para este sector son más relevantes otras cuestiones, como la posibilidad de promoción dentro de la compañía, con un 68 por ciento, y el desarrollo profesional, que se queda en el segundo puesto con un 66 por ciento.Laura Sejen, directora estratégica de Watson Wyatt, opina que "hemos tenido una visión poco realista de los verdaderos incentivos, ya que el elemento fundamental, sin duda, es el dinero". No opina lo mismo Megan Montford, una directiva de Kansas. Desde su punto de vista, los empleados que se quejan de su sueldo encubren en realidad otro tipo de conflictos, como el aburrimiento, sentir que no avanzan profesionalmente o que no son valorados por su empresa como les gustaría.Desde la Sociedad de Administración de Recursos Humanos, su directora, Debora Keary, opina que el considerar el dinero como un elemento tan importante es indicativo de una buena marcha de la economía nacional, ya que a medida que el mercado laboral se desarrolla, la preocupación por los salarios también aumenta. "En economías poco desarrolladas -explica- a los trabajadores no les importa cuánto les van a pagar, lo único que quieren es conseguir un trabajo con el que poder vivir."Keary apunta además que lo que las compañías deben hacer es aunar sus esfuerzos para conjugar la satisfacción salarial con las posibilidades de crecimiento. Un ejemplo de cómo se puede solucionar el descontento de los trabajadores es la Universidad Saint Thomas de Minnesota, un centro católico y privado donde decidieron incrementar su presupuesto en un 30 por ciento para aumentar los salarios de aquellos trabajadores cuyo sueldo estaba por debajo de la media del mercado. Peter Ronza, su director de finanzas, apoya plenamente esta medida puesto que, según su opinión, "tenemos gente a la que realmente necesitamos cuidar".