Todo comenzó a finales de los años 90, cuando América descubrió el outsourcing. En aquella época, gracias al cambio horario y a la magia de Internet, que conecta en tiempo real con todo el mundo, decenas de técnicos o simples usuarios buscaban y catalogaban, desde la India, todo tipo de datos en sus ordenadores. Desde los relativos a las compañías aseguradoras hasta los referentes a hospitales.
El resultado se mostraba a la mañana siguiente, cuando en Estados Unidos, los mánagers encontraban en sus pantallas, ya preparados, los datos que necesitaban para trabajar y que alguien había elaborado durante la noche. Fue la primera oleada de un nuevo fenómeno que emergía en el mercado.
Desde entonces, el outsourcing ha ido creciendo sin parar y, hoy en día, Norteamérica es una pura externalización de funciones y servicios. Un mercado que, según estimaciones de Everest Group, alcanza los 189.000 millones de euros anuales y que se encuentra en continuo crecimiento.
La prueba de ello es que la inmensa mayoría de las empresas, públicas o privadas, tienen al menos un servicio externalizado. Y en el caso de las grandes corporaciones, el recurso a la externalización es lo más habitual. Así sucede en multinacionales como General Electric (GE.NY), la empresa Hitech United Technologies o la cadena de electrónica Best Buy.
Subcontratas en entes públicas
Tanto es así que el outsourcing ha llegado a contagiar incluso a la CIA . Un reciente libro, Espías de alquiler, del periodista especializado en investigación Tim Shorrock, ofrece toda una serie de datos sobre la cantidad de actividades de inteligencia confiadas a empresas privadas externas. El 70 por ciento del "espionaje" del Gobierno está, hoy, en manos de las citadas empresas, con una facturación de 26.453 millones de euros.
Pero incluso conduciendo un coche se puede caer en la red invisible, pero ya omnipresente, del outsourcing. Y es que muchas Administraciones Públicas americanas han confiado a empresas externas la gestión de los radares y de las multas de tráfico. De ahí que cada vez sea más frecuente que los automovilistas reciban en sus casas las multas emitidas por empresas privadas.
Las empresas que dominan este sector del mercado no son ya desconocidas sociedades de Bangalore, sino los grandes conglomerados nacionales como IBM (IBM.NY)y Accenture. Y es que la segunda oleada del fenómeno está coincidiendo con un movimiento contrario: el retorno a EEUU del outsourcing y, con él, el regreso de servicios antaño exportados a la India y, ahora, entregados a empresas locales.
La gestión de datos para las Administraciones Públicas y privadas o la asistencia en caso de avería informática, entre otras, representa todavía dos tercios de toda la facturación que mueve el outsourcing en Estados Unidos, pero la nueva frontera, que crece a gran ritmo y a la que se están apuntando todos los operadores, es la que, en la jerga, se llama BPO.
Un negocio maduro
El futuro del outsourcing está, pues, en el BPO, porque la information technology es ya un negocio maduro, todavía no saturado y que crece a un ritmo del 5 por ciento anual. Por su parte, la segunda generación de servicios externalizados crece a un ritmo del 20 por ciento al año. Y en él se concentran 17.800 millones de euros, pero las estimaciones prevén que, dentro de cinco años, este segmento represente diez veces más, es decir, 178.298 millones de euros.
Suelen salir a la luz pública los casos de grandes contratos de las empresas más importantes, pero los principales usuarios de los servicios de outsourcing son los 191.000 millones de contratos con la Administración Pública, especialmente, con el sector militar y sanitario. ¿El motivo?: "Es más fácil para un ente público mantener los costes por medio del outsourcing, porque firmando un contrato de cierto coste, el Estado consigue una mayor visibilidad y un mayor control de los gastos", explica Eric Simonson, director general de Everest Group.
A pesar del aumento del outsourcing que se queda en EEUU, la externalización sigue siendo una parte importante del negocio.
El destino principal donde se desarrollan los servicios de las grandes empresas norteamericanas sigue siendo la India. El país asiático recibe 10.000 de los 12.100 millones de euros que mueve el mercado actual. A su favor juegan los costes competitivos de la mano de obra.
Y aunque los salarios estén creciendo menos en los países desarrollados respecto a los emergentes, la diferencia seguirá siendo elevada. Los analistas de la Sanford Bernstein & Company han calculado que, de media, los sueldos en Estados Unidos suben a un ritmo del 3 por ciento, mientras en la India lo hacen al 15. Pero a pesar de todo, el outsourcing seguirá siendo rentable durante muchos años.