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El dólar, y no la economía, dirige la política de la Reserva Federal de EEUU
La creencia general en que es la evolución de la economía -en la actualidad, el delicadísimo equilibrio entre el bajo crecimiento y la escalada de la inflación- la que dicta la política monetaria de la Reserva Federal puede estar equivocada. Hay quien piensa que el verdadero factor determinante de los tipos de interés no es la economía, sino el dólar. Entre ellos, Irwin Kellner, el economista jefe de MarketWatch.
Al fin y al cabo, la actual situación de estanflación tiene un culpable claro: el petróleo, que dispara los precios de todos los bienes y servicios (el petróleo determina el coste de todo) a la vez que reduce la capacidad de compra de los consumidores (con el mismo dinero pueden comprar menos cosas porque gastan una porción mayor en gasolina). Y para resolver este escenario, quizá la mejor solución sea frenar el crudo.
Es evidente que Bernanke no puede ponerse a producir barriles por mucho que baje los tipos, de ahí que mucha gente concluya que los movimientos de la Fed no pueden influir en la oferta ni en la demanda de crudo. Error. Las acciones del banco central pueden influir mucho sobre el precio del barril. Y la razón es que el valor del dólar tiene una gran influencia en el precio del crudo, como todo el mundo sabe. Según algunas fuentes de la OPEP esta influencia se cuantifica en que por cada 1% que baja el dólar, el barril sube 4 dólares.
Estos días hemos tenido un claro ejemplo del movimiento contrario: cómo baja el petróleo con fuerza cuando el dólar sube. Esta subida del lunes y el martes es achacada por los analistas a la reunión del G8, ya que los operadores son reticentes a dar motivos a las economías más poderosas del mundo para intervenir conjuntamente a favor del billete verde. Pero, más allá de esta causa coyuntural, hay una razón muy importante por la que el dólar puede subir con fuerza: la reducción del número de dólares en circulación.
Y ahí es donde entra la Fed. Subir los tipos equivale a reducir la masa monetaria, es decir, retirar dólares de la circulación. De ahí que las divisas suelan anticipar los movimientos de tipos del banco central que las respalda (la subida del euro frente al dólar hasta hace un mes se explicaba por las fuertes bajadas de tipos en EEUU en contraste con la terquedad del BCE en mantener los tipos de la zona euro pese a la crisis de crédito global).
"Aunque el valor del dólar solía preocupar principalmente a los importadores y exportadores en el pasado y, por eso, no era un factor importante para la política monetaria, este valor se ha vuelto crucial hoy", concluye Kellner. No en vano, el propio Bernanke salió hace un mes en defensa de la divisa norteamericana, algo que no había ocurrido en los últimos 30 años (el Tesoro es el encargado del tipo de cambio, no la Fed) y que llamó la atención de los que llevan un tiempo en el mercado.
¿Bernanke es más listo de lo que parece?
La tesis de Kellner puede ser la explicación para aquellas declaraciones históricas: Bernanke estaba preparando el terreno para el inicio de las subidas de tipos, y estaba señalando lo que pretendía con ellas: directamente hacer subir al dólar, e indirectamente hacer bajar al crudo. De hecho, ayer mismo el presidente de la Fed de Richmond insistió en que los tipos no se van a estar mucho tiempo quietos como esperan los siemprealcistas de la bolsa, sino que van a subir sin tardar mucho.
Si esta teoría es cierta, estamos ante un cambio radical de las explicaciones sobre el giro de la política de la Fed: Bernanke no ha pasado de bajar los tipos a subirlos porque considere que lo peor de la crisis subprime ya ha pasado ni porque se haya convencido de que ahora es más peligrosa la escalada de la inflación y esté dispuesto a provocar una recesión para frenarla. En absoluto. Lo que pretendería Bernanke es acabar de raíz con la causa del frenazo económico y de la inflación, es decir, no tener que elegir entre los dos problemas, sino solucionarlos a la vez. Si esto es así y, sobre todo, si le sale bien, habrá que reconocer que Bernanke es bastante más listo de lo que todo el mundo piensa.