
Sergio Ramos llegó justo al partido que enfrentó al Real Madrid y al PSG en el Parque de los Príncipes. Su luxación de hombro no se curó del todo, y es que el defensa andaluz no consigue cerrar una recuperación que de cuando en cuando se corta y se fuerza haciendo de su vuelta a los terrenos de juego algo más delicado.
En París, Benítez admitió que se le podría infiltrar y así fue. El propio Ramos lo dijo sin rodeos en rueda de prensa: "Jugué infiltrado porque quería volver a competir. Quería olvidarme de la lesión que tengo. Estamos para intentar ayudar al equipo. Me quedo con eso". El día antes del duelo liguero ante el Levante, Benítez también tuvo en cuenta la posibilidad de infiltrar al jugador, pero desistió.
Lo cierto es que el '4' cuajó un gran partido en el césped parisino. Junto a Varane, puso el cerrojo en una defensa que esta vez no necesitó a un Keylor Navas excepcional, más que nada porque cortó cualquier ataque rival. Ni Di María, ni Ibrahimovic, ni Cavani...nada de nada.
El último precedente de un Sergio Ramos infiltrado no resultó tan convincente. Fue ante el Atlético de Madrid, y el resultado fue un penalti derivado de un error suyo y que conllevó días después una 'colleja' de Rafa Benítez que se agravó hasta convertirse en una bronca a través de los medios con recado de vuelta de Ramos y llamada del técnico para enfriar los ánimos.
En lo meramente físico, el partido dejó secuelas en el de Camas, expuesto a una mayor actividad que ayer ante el PSG. Tanto es así que tuvo que abandonar la concentración de la selección española porque no estaba para forzar demasiado. Lo peor para el jugador, Benítez y el Real Madrid es que los problemas persisten.
Informa El País de que para llegar al partido con el PSG Ramos ha tenido que romper con las rutinas de recuperación de la misma forma que lo hizo cuando llegaba el Atlético de Madrid, asumiendo el mismo riesgo que hizo suyo en el Vicente Calderón. El defensa se exponía a recaer y también a volver a fallar (jugó con analgésicos): se salvó de lo segundo, falta por saber si también de lo primero.
El calendario no da tregua, y llega el Celta en un gran estado de forma para un partido en el que a priori el equipo blanco sufrirá más peligro que con el PSG. Y ahí está Ramos, que podría volver a infiltrarse. Con el susto de Modric (parece que al final su visita a una clínica del club ha sido simplemente rutinaria) y las recaídas de Bale y James, los sobresaltos están a la orden del día. Sergio lucha para no ser uno más.