
Tenía que pasar, y ocurrió ayer. El precio medio del petróleo en 2007 ya supera el promedio que registró el oro negro durante el año pasado. Hasta la fecha, el barril Brent, que es el que sirve de referencia en Europa, alcanza una cotización media de 67,7 dólares, por encima de los 67,61 dólares que había marcado en el mismo periodo de 2006.
Más que circunstancial, este adelantamiento lleva camino de consolidarse hasta final de 2007. No en vano, el Brent cotiza en la actualidad a 78,6 dólares, es decir, 19 dólares -o un 30 por ciento- más alto que el precio que registraba hace un año. De hecho, desde el 10 de octubre de 2006 hasta que finalizó el ejercicio, el promedio del crudo se limitó a 60,7 dólares, muy por debajo de los niveles actuales y una referencia que hace pensar que los precios medios de este año superarán con fuerza los registrados en el conjunto del año pasado, que finalmente se situaron en los 66,09 dólares.
Septiembre abre la brecha
Tras iniciar 2007 prolongando las caídas que le acompañaron en el último tercio de 2006, en enero bajó incluso hasta los 51 dólares, el Brent ha basado su remontada en la fortaleza mostrada en los tres últimos meses. Julio y agosto ya mostraron bien a las claras las intenciones del crudo. Pero fue en septiembre cuando las distancias entre los precios de este año y el pasado comenzaron a agrandarse. Así, el Brent concluyó el mes en los 79,1 dólares, frente a los 62,5 dólares de septiembre de 2006.
Los pronósticos, además, no son demasiado optimistas sobre la marcha de la materia prima. Para los expertos de Exane BNP Paribas, "los mayores costes de producción, un dólar más débil, una capacidad más ajustada y la caída de los inventarios" presionan al alza sobre la cotización, de ahí que hayan elevado de 55,5 a 70,3 dólares sus previsiones de precios medios del crudo para el periodo 2007-2010.
Los fondos, por las nubes
Esta escalada se deja notar en el bolsillo de los consumidores, sobre todo al llenar el depósito de gasolina. Algo que deja dos opciones: lamentarlo o unirse al enemigo. Es decir, también hay vías para sacar partido de la fortaleza de la materia prima. Y, entre ellas, una manera sencilla es apostar por fondos especializados en energía, que de media suben un 18 por ciento en el año.
Incluso este porcentaje lo han doblado los inversores que acertaran a elegir los productos más rentables. Por ejemplo, el SAM Smart Energy, que desde enero consigue unas ganancias del 41 por ciento, según datos de la consultora de fondos Morningstar. Se trata de un producto peculiar, ya que no invierte en petroleras clásicas, sino en compañías que "ofrecen tecnologías, servicios y productos innovadores en energía", tales como empresas de renovables, entre otras, a las que el precio disparado del crudo fortalece en su papel de alternativas.
Para aquellos inversores que buscan empresas más tradicionales dentro del sector, hay otros dos productos en cabeza de rentabilidad anual: el Baring Global Resources Fund, con cerca de un 40 por ciento de la cartera en petroleras, y el Fortis Equity Basic Industries World, que cuenta entre sus principales posiciones con gigantes del sector como las estadounidenses ConocoPhilips, Valero o Exxon Mobil.