Níger se prepara para celebrar mañana elecciones presidenciales y parlamentarias para devolver el país a un gobierno civil, a sabiendas de que cualquier retraso en los comicios podría poner en peligro la estabilidad del país africano, enzarzado en una batalla contra la presencia, cada vez mayor, de aliados de Al Qaeda en el país.
Mañana, los 6,7 millones de votantes registrados elegirán entre diez candidatos presidenciales --entre ellos la primera aspirante femenina a dirigir el país-- y depositarán su papeleta para 116 escaños en juego a nivel nacional.
Sea quien sea el vencedor de las presidenciales, deberá restaurar el Gobierno civil del país tras el golpe de estado del pasado mes de febrero dirigido por Salou Djibo, que acabó con el régimen del presidente Mamadou Tandja. Sin embargo, muchos dudan de que este triunfo pueda romper el ciclo de golpes y contragolpes al que se encuentra sumido el país desde que en 1960 lograra su independencia de Francia.