Firmas

Previsiones pragmáticas y sin sorpresas

Como se esperaba, la actualización periódica de previsiones para los países europeos que acaba de publicar la Comisión Europea no contiene grandes sorpresas y confirma, con bastante pragmatismo, las características de la salida de la crisis en Europa que hemos ido observado en los últimos meses.

En primer lugar, con una contracción del PIB del 0,3% en 2012, la Eurozona se descuelga de la economía mundial, que crecerá a la más que saludable tasa del 4,25% según las previsiones de la Comisión. Es importante resaltar esta asimetría porque con demasiada frecuencia en Europa nos dejamos llevar por el pesimismo y generalizamos al resto del mundo la situación de crisis que se vive en nuestros países. Nada más lejos de la realidad. Hay mucho crecimiento en el mundo, pero distribuido muy desigualmente, fundamentalmente en los países emergentes. Las empresas y sectores productivos europeos tienen que aprovechar este dinamismo mundial, como motor de crecimiento y estímulo de sus economías.

Segundo, la Comisión confirma con sus previsiones que el crecimiento económico en Europa va a seguir siendo muy heterogéneo y desigual entre los países europeos, con una Eurozona a dos velocidades. Por un lado los países del norte y del centro, que mostrarán tasas de crecimiento moderadas, pero positivas. Por otro, los países de la periferia sur, en los que la contracción económica será importante como consecuencia de los ajustes internos que están llevando a cabo sus economías.

Tercero, la recuperación está siendo lenta y muy vulnerable a riesgos propios. Como consecuencia de la interacción de la crisis de deuda con el sector bancario, las tensiones financieras en Europa siguen elevadas, lo que afecta negativamente al crecimiento económico y crea riesgos de una restricción crediticia significativa, como recientemente apuntaban las encuestas al sistema bancario que publica el BCE.

Con todo, los riesgos e incertidumbres se están reequilibrando progresivamente, como consecuencia de los avances que, aunque lentos, se están produciendo en las políticas económicas europeas. Aunque muy lejos de una solución final, se ha alcanzado un acuerdo sobre el segundo rescate a Grecia. Las recientes cumbres europeas han servido para ir despejando las incertidumbres sobre el denominado fiscal compact, con un nuevo Tratado de Estabilidad fiscal. Se ha adelantado la entrada en funcionamiento del Mecanismo Europeo de Estabilidad y se está empezando a hablar de políticas supranacionales para estimular el crecimiento.

Los Gobiernos nacionales de España, Italia o Portugal están impulsando reformas estructurales muy ambiciosas. Y el Banco Central Europeo ha inundado de liquidez el mercado y volverá a hacerlo en la próxima subasta a tres años, asegurando que en Europa no se producirá ninguna situación parecida a la de Lehman Brothers en 2008. Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, con todas estas acciones el BCE y las instituciones europeas han subido claramente sus apuestas, lo que debe hacer pensar a muchos inversores, que se habían retirado de Europa a la espera de tiempos mejores, que el futuro de la moneda única no está en juego.

Rafael Domenech Vilariño, economista jefe de Economías Desarolladas de BBVA Research.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky