Evasión

Crítica de Un 'like' de Bob Treviño: Soledad digital y conexiones reales

Un 'like' de Bob Treviño es un cuento de soledad contemporánea que se atreve a mirar de frente la necesidad humana de conexión, sin disfrazarla de ironía ni cinismo. Su apuesta por el melodrama desmelenado será aplaudida por quienes buscan emoción sin filtros y rechazada por los que prefieren distanciamiento. Pero es, sin duda, un filme honesto y necesario sobre los lazos inesperados en tiempos de pantallas.

En tiempos donde los vínculos virtuales sustituyen, muchas veces, a los físicos, Un 'like' de Bob Treviño se adentra con delicadeza en ese territorio ambiguo donde las redes sociales son refugio, pero también espejo de la soledad contemporánea. La directora Tracie Laymon construye un melodrama emocionalmente explícito, a ratos desbordado, pero sincero, sobre la necesidad de ser visto y querido en un mundo cada vez más desconectado.

Barbie Ferreira, conocida por su papel en Euphoria, interpreta aquí a Lily, una joven marcada por el abandono afectivo. Su familia está rota y su presente, sumido en la soledad, la empuja a buscar consuelo en los algoritmos del reconocimiento digital. No encuentra el cariño en casa, pero sí un retazo de humanidad en Bob Treviño (John Leguizamo), un hombre mayor, también solitario, que ofrece lo que nadie más se atreve: afecto sin condiciones.

La premisa podría haber caído en el sentimentalismo fácil, pero Laymon —quien debuta en el largometraje de ficción tras varios cortos premiados— maneja el material con una mezcla de ternura y crudeza. No le teme a la emoción directa ni al desborde lacrimógeno. A veces incluso lo roza con descaro, lo que puede incomodar al espectador más cínico, pero el filme nunca es cínico: apuesta por la transparencia emocional sin filtros.

John Leguizamo brilla en uno de sus papeles más contenidos y entrañables. Su Bob Treviño no es un héroe, es un hombre corriente que, al otro lado de la pantalla, se convierte en un improbable salvavidas. Leguizamo imprime a su personaje una vulnerabilidad honesta y sin artificios, alejándose de los clichés del "buen samaritano". Su interpretación es el ancla del filme, y probablemente uno de los mejores trabajos de su carrera reciente.

Frente a él, Barbie Ferreira construye una Lily áspera y herida, pero nunca victimizada. Su desesperación es palpable, su búsqueda de cariño, dolorosamente reconocible. Ferreira demuestra que puede sostener un papel protagonista en cine con la misma intensidad emocional que ya había mostrado en televisión. Su química con Leguizamo funciona porque ambos saben modular el tono: se necesitan, pero no se explotan emocionalmente.

El villano del cuento, como en todo melodrama, tiene rostro claro. Es el padre biológico de Lily, interpretado con inquietante crueldad por French Stewart. Su personaje, un hombre despreciable y ausente, representa la figura del abandono más primitivo: el padre que debería proteger pero solo hiere. Stewart, más conocido por sus papeles cómicos, sorprende aquí con un giro oscuro y desasosegante que refuerza la sensación de desamparo de la protagonista.

La película está narrada como un cuento moderno sobre la familia elegida. El tono es abiertamente emocional y no oculta sus intenciones: quiere conmover y lo hace sin ironía. En algunos momentos, esa apuesta resulta arriesgada. El guion, firmado por la propia Laymon, roza el exceso en ciertas escenas, donde el subrayado emocional podría haberse moderado. Sin embargo, hay autenticidad en el enfoque, y eso compensa los momentos más predecibles.

Visualmente, Un 'like' de Bob Treviño apuesta por la sencillez: primeros planos, espacios cotidianos, habitaciones pequeñas y pantallas de móvil que reflejan conversaciones íntimas. Es un drama pequeño en formato, pero grande en intenciones. La banda sonora, discreta pero efectiva, acompaña sin empujar, dejando espacio al silencio incómodo de la soledad.

La película plantea preguntas sobre las relaciones virtuales y los límites del afecto en la era digital. ¿Puede un "like" ser el inicio de una familia? ¿Es válido construir vínculos genuinos a través de un chat? Para Laymon, la respuesta es sí, siempre que haya respeto y afecto auténtico al otro lado de la pantalla.

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