El sencillo truco para limpiar tus alpargatas de tela y que queden como nuevas todo el verano

Parece que en cuanto un rayo de sol asoma con un poquito más de fuerza, las sandalias se convierten en una de las opciones favoritas. Las botas y las zapatillas quedan relegadas a un segundo plano y cobra fuerza una opción mucho más cómoda y adaptada a las cálidas temperaturas. Además de las sandalias de ante, también es muy común observar cómo varias personas se decantan por las alpargatas, ya sean de cuña o planas.

Y al igual que ocurre con el primer tipo mencionado, estas son muy cómodas, pero también están hechas con un tejido delicado. Si queremos que luzcan impecables de un año para otro, o incluso tras unos cuantos usos, apunta este truco de limpieza y ya nunca más tendrás que comprarte unas cada verano.

Con un solo producto

Deshacerte de las indeseables manchas es mucho más fácil de lo que parece, tan solo debemos hacernos con el siguiente producto de limpieza: piedra verde. Este, además de poder ayudarnos en muchos otros ámbitos del hogar, como eliminar cal y óxido de diversas superficies, también es ideal para devolverles su aspecto original a muchos calzados.

Se puede encontrar en casi cualquier supermercado o tienda especializada en productos de limpieza, por lo que no te costará hacerte con una de ellas. Otro punto a favor es que tiene un formato muy cómodo, pues incluye su propia esponja para frotar.

El paso a paso

Para llevar a cabo este método de limpieza, también necesitarás ayudarte de otras utensilios, como una toallita húmeda, un paño de microfibra, papel higiénico y un poquito de agua. En primer lugar, para limpiar correctamente toda la superficie de la plantilla solo tendrás que frotar con una toallita y las manchas desaparecerán.

Tras ello, como bien explican @alhamas en su publicación en TikTok, es importante poner unas bolas de papel en el interior del zapato para aportarles una mayor consistencia y evitar que traspase mucha agua. Listo eso, ahora sí que ha llegado el momento de devolverles su aspecto original. Con la ayuda de la esponja que trae la piedra verde, coge un poco de producto e incide en las zonas afectadas, evitando la zona de esparto.

Tras ello, renueva el agua y esta vez, con la ayuda del paño de microfibra vuelve a frotar por toda la superficie en la que se ha aplicado la crema. Después, deja sacar al aire libre en una zona con sombra y, por último, vuelve a repetir este último paso.