Evasión

Marta Cibelina, autora de 'La duquesa salvaje', nos habla de los Borbones, de Letizia y de Pedro Sánchez: "Tiene la misma ambición y chulería que Manuel Godoy"


    Pilar Fernández

    Cuatro años después de Los Borbones y el sexo, Marta Cibelina regresa a la primera línea literaria con un fascinante viaje a través de los siglos, concretamente a finales del XVIII y principios del XIX, donde las hermanas María Teresa y María Luisa de Borbón y Vallabriga intentan sobrevivir en una corte plagada de intrigas y traiciones con un objetivo común: salvar un linaje en decadencia. Una novela descarada y divertida llena de anécdotas que te atrapa desde la primera página y que, a ratos, te transporta a Zarzuela y Moncloa, y te recuerda a los líderes actuales. Porque la historia, ya se sabe, siempre tiende a repetirse.

    P: Lo primero que cuenta en el libro es que no se le ocurrió a usted, sino que fue un encargo. ¿Conocía ya a estos personajes o los ha descubierto ahora?

    R: La condesa de Chinchón siempre me había fascinado y también Pepita Tudó. Es una etapa de la historia (finales del s.XVIII, principios del s.XIX) muy interesante, pasan muchas cosas en España y me sugirieron escribir una novela sobre esta época. Una de las ventajas que tiene un personaje como María Luisa, la duquesa salvaje, es que se sabía muy poco de ella, pero lo suficiente para hacer una novela histórica, entonces te permite cierta libertad; es como un tapiz al que le faltan hilos y yo he bordado a mi aire. O eso pensaba, porque al ponerme a investigar encontré muchísimas cosas sobre ella.

    P: Tengo curiosidad por saber cuántos hilos ha bordado en ese tapiz...

    R: Hay muchas cosas que son rigurosamente ciertas y otras no, en el epílogo se entienden muchas cosas. He descubierto personajes relacionados con ella que no se sabía que existían, se habían quedado al margen de la historia y yo sentí que me hablaban desde ultratumba para aparecer en esta novela. También he descubierto cosas que se daban por buenas y no eran así.

    P: Precisamente esto lo critica en el libro, cómo instituciones de renombre admiten ciertas lagunas e incoherencias en esta parte de la historia.

    R: Este es el chiste, darte cuenta de que algo no es cierto... A mí me pidieron superar a Los Bridgerton y creo que lo he hecho, porque mi novela no es ficción, es historia real y es mucho más interesante. Los Borbones dan mucho juego.

    P: La cantidad de detalles picantes o sexuales que aparecen es sorprendente. ¿Esto también está en los archivos?

    R: Algunas cosas sí, otras no. Por ejemplo, que al padre de la protagonista le gustaba el sado sí está reflejado en los archivos. También he bebido de muchos cotillas de la época, algunos eran una mina y se intercambiaban cartas donde se lo contaban todo. La novela es muy divertida y si la gente aprende historia a través de las anécdotas sexuales de la época, yo seré feliz.

    P: El lenguaje de los protagonistas es muy descarado. ¿Hablaban así o es otra licencia literaria?

    R: Sí, hablaban así, hablaban muy clarito, incluso las cartas que se intercambiaban Godoy y María Luisa rozaban casi lo obsceno. Se utilizaban muchas palabrotas en esta época.

    P: Goya, o Paco, como lo llaman las protagonistas, es uno de los personajes más interesantes de esta historia. ¡Yo no sabía que era bisexual!

    R: ¡Y yo tampoco! Pero en la correspondencia que intercambia se ve clarísimo, se 'prevaricaba' leyendo las cartas de su amigo del alma, Zapater. Su relación era homosexual y he jugado con eso, claro, aunque Goya también se acostaba con mujeres. Hay quien cree que Godoy también era bisexual y su relación con los reyes Carlos IV y María Luisa demasiado estrecha, los llamaban la Santísima Trinidad.

    P: Había mucho sexo y mucha promiscuidad en esta época.

    R: Sí, pero no estaba bien visto. María Teresa se casó enamorada, recién salida del convento. Ella no sabía que su marido estaba liado con otras y la inmolan por un capricho de los reyes para ennoblecer a Godoy, que era el favorito de la Corte. La situación era muy degradante para ella, lo pasó muy mal y en los cuadros que le pinta Goya siempre aparece muy triste.

    P: Los detalles son la salsa del libro. Me han hecho mucha gracia los relativos a la higiene porque, obviamente, era escasa, pero ellos buscaban sus trucos para disimularlo.

    R: No había mucha higiene, pero había más que en Versalles, donde la gente se iba haciendo caca por los pasillos. En España ya tenían orinales, bidés, tapaban los olores con ramos de flores, perfumes... Faltaba agua así que utilizaban pomadas, grasas para el pelo, para la cara... Empleaban mucho tiempo en el cuidado personal. Tampoco fue la peor época, en tiempos de Luis XIV eran más cochinos.

    P: Siempre vemos estas épocas desde un punto de vista superficial y frívolo: los trajes, las fiestas, los bailes, las joyas... Pero también fueron años muy difíciles.

    R: Este libro es una historia de supervivencia de dos mujeres que lo pasaron muy mal, tuvieron que adaptarse a situaciones muy complicadas para seguir adelante, tuvieron que tragar con mucho con lo que ahora nadie tragaría. Hay indicios de que sucedieron cosas muy siniestras, oscuras, en sus vidas.

    P: El contraste entre el poder de unas mujeres, como la reina María Luisa, y la insignificancia de otras, como las hermanas Borbón y Vallabriga, es muy potente.

    R: Es una etapa horrible para las mujeres en general. Sí hay algunas muy empoderadas, como Pepita Tudó, que a mí me fascina, o la reina María Luisa, pero ellas fueron una excepción. Tenían una voluntad de poder terrible y eran mucho más listas que cualquier hombre, más que el rey o que el propio Godoy, al que le veo cierto paralelismo con Pedro Sánchez: la ambición, la chulería, el atractivo físico, la amistad con la reina... Aunque hay diferencias, claro, la amistad entre Godoy y la reina María Luisa duró toda la vida, la de Sánchez y Letizia se acabó en Paiporta e incluso mucho antes, cuando consideró que el gobierno estaba estableciendo pactos y tomando resoluciones que ponían en peligro a la monarquía. Letizia le cantó las cuarenta a Pedro Sánchez, eso nunca lo hubiera hecho la reina María Luisa con Godoy.

    P: Pues Godoy terminó muy mal...

    R: El motín de Aranjuez fue muy violento, esperemos que el final de Pedro Sánchez no sea igual.

    P: ¿Y también hay paralelismos entre Carlos IV y Felipe VI?

    R: No, no se pueden comparar, Felipe es mucho más guapo.

    P: La historia del libro es la relación amor-odio entre las dos hermanas e, inevitablemente, me hizo pensar en la relación entre las infantas Elena y Cristina... ¿Amigas o rivales?

    R: Ellas no han competido nunca por el amor de un hombre, a Elena quisieron casarla con un Habsburgo, a Cristina con Felipe de Bélgica... Se han movido en ambientes muy distintos. A Cristina le han gustado más los guapos que a su hermana.

    P: ¿Y cómo ves la relación entre Leonor y Sofía?

    R: A la pequeña la tildan de "segundona", pero va a llevar una vida mil veces mejor que la heredera. Creo que hay mucha complicidad entre ellas, Letizia lo ha hecho muy bien. La madre de mis protagonistas las trató de maneras muy diferentes y eso propició roces, desencuentros, celos, rivalidades entre las hermanas. A diferencia de ella, Letizia ha tratado exactamente igual a las dos. Tradicionalmente, a los 'segundos' los han educado muy mal y eso es un error, porque nunca se sabe lo que puede pasar. Letizia ha estado muy pendiente de la educación de las dos y yo creo que Sofía debería hacer también carrera militar. ¿Y si Leonor decide que no quiere ser reina?

    P: ¿Te gustaría escribir un libro sobre los Borbones del siglo XXI?

    R: Me lo ofrecieron, pero no surgió finalmente. Prefiero viajar unos siglos atrás.

    P: Yo creo que tu libro no tiene nada que envidiarle a series tan populares y exitosas como Los Bridgerton (Netflix), My lady Jane (Prime Video), La vida breve (Movistar Plus), que grabaron en La Granja de San Ildefonso...

    R: Este libro está pidiendo una serie a gritos. Mira, María Teresa de Borbón podría ser Michelle Jenner; su hermana María Luisa podría ser Alba López; y Úrsula Corberó sería perfecta como Pepita Tudó.