Especial Empresas América

Telefónica confía su futuro en Latinoamérica al crecimiento y los clientes de valor

  • Ha vendido este año sus negocios en Centroamérica por unos 2.000 millones
  • La cobertura de 4G ofrece un margen de crecimiento al otro lado del Atlántico
Fachada de la sede de Telefónica-Vivo en Sao Paulo, Brasil. Foto: Telefónica.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, compartirá el próximo 7 de junio en la junta de accionistas de su compañía, una carta donde asegurará que su grupo está "construyendo una compañía tecnológica para los 20 o 30 próximos años". Y esta afirmación encuentra su respaldo no sólo en la estrategia de futuro del grupo, sino en la plena confianza de que cada vez habrá más usuarios de valor y previsiblemente más satisfechos. "Tenemos más clientes de banda ancha con fibra o cable que con cobre, y los clientes de contrato ya suponen la mitad de los clientes móviles. Y, aproximadamente, el 50% de nuestros abonados de móviles disfrutan ya de la tecnología 4G", explica Álvarez-Pallete en la referida misiva. Además, el ejecutivo recuerda que la mayor parte de los ingresos del grupo (53% de las ventas) ya proceden de los datos, frente a los servicios tradicionales de llamadas de voz. Precisamente en este último detalle, relacionado el crecimiento de la demanda de los datos en todo el mundo, debería invitar al optimismo entre los inversores que apuesten por las telecomunicaciones comprometidas con la calidad de las infraestructuras... porque sólo a través de las redes podrá crecer lo que se conoce como sociedad digital.

Por si lo anterior no fuera suficiente, algunos negocios que hasta hace poco parecían propios de la ciencia ficción comienzan ahora a convertirse en realidad. Y todo, gracias a las redes. Primero lo han hecho en Europa, donde prospera la fibra óptica y el 4G, y su salto natural e inmediato apunta indefectiblemente hacia Latinoamérica.

Según vayan modernizándose y virtualizándose las infraestructuras, también ganará en popularidad los negocios relacionados con la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, la robótica, el big data, la biotecnología, el blockchain y la softwarización. Los usuarios serán cada vez más digitales y para ello se necesitarán que las infraestructuras estén a la altura de las expectativas. Ante esta exigencia, Telefónica ha acreditado a lo largo de su historia con compromiso inversor en sus infraestructuras, ya sean móviles (con su presencia recurrente en los concursos de frecuencias) como en la fijas, con despliegues de cable y fibra óptica allí donde sea posible. Así, desde 2012, el grupo ha invertido más de 82.000 millones de euros. Según Álvarez-Pallete, "la experiencia digital de nuestros clientes cambiará radicalmente en poco tiempo. En la conectividad fija, se está produciendo el tránsito del cobre a la fibra está produciendo ese salto y otro tanto sucederá en la conectividad móvil con el 4G potenciando hasta llegar al 5G", indica en la carta.

En la misma cita con los dueños de la compañía, el primer ejecutivo de la teleco rendirá cuentas de un año en el que Latinoamérica ha ofrecido motivo para el optimismo. Pese a la inestabilidad de las divisas en algunos de sus países, como la hiperinflación de Argentina o la crisis política de Venezuela, la región demostró que -tanto en las duras y las maduras- forma parte íntima del éxito de las operaciones de la teleco. Así, en el primer trimestre, la teleco ha vendido sus negocios en Centroamérica, a cambio de 2.020 millones de euros. Brasil también ha vuelto a convertirse en uno de los principales motores de crecimiento de un grupo, gracias a una generación de caja especialmente sólida, con crecimiento de ingresos trimestrales.

Mientras que en Telefónica Hispanoamérica Norte impactó tanto la regulación aplicada en el último año como la ferocidad competitiva de México, en la región del sur se percibió mejoras notables en los ingresos y oibda en el último trimestre. Pero las miradas de futuro en esta parte del mundo deben centrarse en el crecimiento de los clientes de valor. Cada vez se perciben mejores ratios en negocios que llevarán la voz cantante más pronto que tarde. Los abonados de fibra y cable se han multiplicado por 2,4 veces en un año en la filial del norte de Hispanoamérica, mientras que en el lado sur crecieron el 50%.

El 4G también crece con vigor, con repuntes en ganancia de la clientela del 17% en Brasil, el 27% en Hispanoamérica Sur y el 43% en Hispanoamérica Norte. En total, la cobertura de LTE de Telefónica ya alcanza globalmente el 76%, aunque el margen de crecimiento se encuentra lejos del Viejo Continente (ya próximo al 94%), mientras que en lo que se consideró el Nuevo Continente ronda el 70%. Y esa apuesta del 4G está directamente vinculada con el crecimiento del negocio de la conectividad de los datos frente a las llamadas de voz.

Presencia de Telefónica en Latinoamérica

De hecho, la reducción del tráfico de voz móvil 2G está permitiendo la liberación del espectro y su mayor uso para 4G. En espera de la llegada del 5G, la tecnología inmediatamente anterior aporta una gran ventaja para el servicio de datos debido a la mayor eficiencia de sus frecuencias para estos fines respecto a 3G.

Si todos los ingresos de Telefónica en Brasil se pusieran en un platillo de una balanza y en el otro se hiciera lo mismo con las ventas del resto de las filiales latinoamericanas, el resultado sería más o menos equilibrado. Si acaso, el peso resultaría ligeramente mayor en el lado correspondiente a Hispanoamérica Norte y Sur, con una facturación de 10.752 millones de euros en 2018, ante los 10.126 millones de la región brasileña. Ese reparto uniforme de las fuentes de negocio podría interpretarse como una excelente noticia para Telefónica, ya que las debilidades de una parte del continente encontrarían su compensación con las fortalezas del lado vecino. Es más, este contrapeso entre las distintas filiales latinas parece fruto de la casualidad, ya que se antojaría casi imposible lograr semejante armonía de forma premeditada.

El análisis de las principales líneas de actividad de Telefónica al otro lado del Atlántico también arroja una similar apuesta inversora, levemente favorable a Brasil, donde el grupo de telecomunicaciones destinó el año pasado un total de 1.910 euros, frente a los 1.784 millones de euros de la suma de Hispanoamérica Norte y Sur. El reparto de los clientes también inclina la balanza del lado de Brasil (97,3 millones de accesos), frente a los 73,6 millones de Hispanoamérica Norte y los 56,9 millones de Hispanoamérica Sur.

Lo mismo puede señalarse del oibda, magnitud que en Brasil alcanzó los 4.311 millones, frente a los 2.512 millones del resto del continente. La rentabilidad de ese mercado anotó a finales del año pasado un nuevo récord, con ocho trimestres de expansión de márgenes, hasta el 39,1%. El dato del oibda corrió suerte dispar en Hispanoamérica Norte y Sur, con descenso del 8,7 y repunte del 8,1%, respectivamente. No obstante, tanto en el norte como en el sur se aprecian mejoras interanuales de accesos de los principales productos (contrato, LTE, banda ancha, fibra y TV de pago).

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