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Activos hispanos de Alaska a la Patagonia

La refinería de La Panpila, en Perú.

El pasado mes de marzo, Repsol anunció el mayor descubrimiento de petróleo de EEUU de los últimos 30 años, en aguas del norte de Alaska. Probablemente ese hallazgo -denominado Horseshoe y estimado en 1.200 millones de barriles recuperables de crudo ligero- sea la presencia española de índole energética más septentrional en un continente que las compañías del sector cubren en su práctica totalidad desde allí hasta el Cabo de Hornos.

Repsol, precisamente, es la firma con intereses en un mayor número de países, con una docena, alguno difícil de ubicar en el mapa, como Aruba. En todos, menos en México -donde fabrica caucho sintético-, cuenta con derechos mineros de exploración o explotación de hidrocarburos -actividad denominada upstream en la jerga sectorial-, pero también con otros negocios, como la distribución de lubricantes.

En el ámbito del upstream sobresalen activos de Canadá y EEUU, adquiridos tras la absorción de Talisman hace dos años, como las participaciones en los emblemáticos yacimientos de Marcellus -uno de los mayores campos de gas del mundo- o de Eagle Ford. En Canadá también dirige la planta de regasificación de Canaport de Saint John, que cuenta con una capacidad de 1.200 millones de pies cúbicos.

En el cono sur tiene presencia de upstream en Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana, Venezuela... Mención aparte merece Perú, donde añade una potente red de 441 estaciones de servicio y opera la refinería de La Pampilla desde 1996, con una capacidad de tratamiento de 117.000 barriles diarios. En octubre del año pasado culminó una inversión de 450 millones de euros en esta instalación para convertirla en una de las más avanzadas del mundo en materia medioambiental.

Infraestructuras de gas

Sin salirnos del ámbito de los hidrocarburos, Enagás concentra sus intereses en México, Chile y Perú. En el primero cuenta con una participación del 40% de la planta regasificadora de Altamira, con una capacidad de 800.000 metros cúbicos por hora. En el segundo es el accionista mayoritario de la planta regasificadora de Quintero -cuyos resultados consolida en sus cuentas desde este 2017-, con una capacidad de 625.000 metros cúbicos por hora.

Y en el tercero, Perú, tiene participaciones en Transportadora de Gas del Perú (28,9%) y en la Compañía Operadora de Gas del Amazonas (51%), que no se consolida. Además está en conversaciones con el Gobierno para recuperar íntegramente los 458 millones de euros, garantías incluidas, que invirtió en el proyecto del Gasoducto Sur Peruano -una infraestructura de 1.100 kilómetros con un coste de 5.000 millones ya ejecutada en un 30%-, cuya construcción está suspendida tras el escándalo de corrupción de Odebrecht, que era el socio principal del proyecto.

A caballo del gas y la electricidad

A caballo entre los hidrocarburos y la electricidad están los activos de Gas Natural Fenosa (GNF), repartidos por 10 países del centro y el sur del continente.

En el ámbito de la distribución de gas, entre México -donde lidera el mercado-, Brasil, Colombia, Argentina y Chile, la empresa tiene en su haber más de 80.000 kilómetros de redes y presta servicio a más de 10 millones de clientes. En Perú arrancará en verano una nueva red para las tres regiones del suroeste y tiene prevista dos importantes ampliaciones, una en Argentina, donde espera invertir 380 millones cuando se despeje totalmente el marco tarifario, y otra en Chile, donde, tras una reordenación societaria, es el líder del mercado y tiene en marcha un plan de inversión de 1.000 millones durante los próximos 10 años.

En distribución eléctrica, GNF dispone de redes en Chile -es el líder, con 2,7 millones de clientes-, en Panamá -unos 600.00 clientes- y, hasta hace muy poco, Colombia; la firma litiga en la Corte arbitral de la ONU reclamando más de 1.000 millones al país por la intervención y posterior enajenación de su exfilial Electricaribe.

Finalmente, en el ámbito de la generación eléctrica, GNF tiene su mayor mercado en México, con 2 GW en ciclos combinados y 224 MW en parques eólicos. Ahora enfoca su crecimiento en renovables, donde tiene proyectos en Brasil -dos parques solares en construcción- y en Chile: una planta eólica y otra solar. También tiene instalaciones en Puerto Rico, Costa Rica y Panamá, con más de 350 MW en conjunto.

Generación y distribución eléctrica

En el ámbito exclusivo de la electricidad, Iberdrola -su presidente, Ignacio Sánchez Galán, insiste en que "mira hacia el Oeste"-, cuenta con un volumen de activos y de inversiones muy relevantes, concentrados en tres mercados: EEUU, México y Brasil.

En EEUU despliega su actividad Avangrid, filial del Grupo que aglutina ocho distribuidoras de la zona nororiental -sobre todo en Nueva york y Connecticut- y promueve y gestiona instalaciones renovables, la mayoría eólicas, aunque también alguna fotovoltaica. Ya es el segundo generador con renovables del país y acaba de calificarse para adentrarse en el campo de las instalaciones eólicas marinas. Tiene una capacidad instalada de 5.700 MW y una cartera de proyectos de 7.700 MW hasta 2020.

En México es el mayor productor privado de energía del país, con 10.000 MW de capacidad de ciclos combinados y cogeneraciones en operación y en construcción. La cartera de renovables asciende a 370 MW de eólica y planea incrementarlas en 1.065 MW, incorporando solar, hasta 2020.

Y en Brasil cuenta con dos distribuidoras, Elektra y Neoenergía -sobre las que soplan vientos de integración- que le convierten en la primera compañía del país por número de clientes, con 13,4 millones. Acaba de ganar una licitación para construir 600 kilómetros de nuevas redes por 250 millones. Así mismo, tiene 2.500 MW de capacidad en operación -hidroeléctrica y eólica- y espera construir otros 4.770 MW hasta 2020.

Exclusivamente concentrada en el negocio de redes eléctricas está REE, con activos en Perú y en Chile. En el primer país cuenta con tres filiales que gestionan y construyen líneas de transmisión, con dos redes en construcción por unos 100 millones. En el segundo país participa al 50% con Engie en la sociedad TEN, que acomete una crucial línea de 600 kilómetros con un coste de 780 millones para unificar el sistema eléctrico del país.

Sin ser una firma puramente energética, Acciona tiene activos renovables en seis países: en EEUU la empresa ha invertido alrededor de 1.000 millones en un parque de 621 MW eólicos y 64 MW termosolares, a los que se sumarán otros 93 MW eólicos en construcción; en México es el líder en potencia eólica conectada, con 556,5 MW, y proyecta una fotovoltaica de 270 MW; en Canadá cuenta con otras cuatro instalaciones movidas con viento, con 181 MW en total; y en Costa Rica y en Chile, el viento suma otros 49,5 MW y 45 MW, respectivamente; en este último país también construye la mayor planta fotovoltaica del cono sur, con 246,5 MW, y proyecta otro parque eólico de 183 MW.

Otras firmas energéticas hispanas más pequeñas, o con más líneas de negocio, también están presentes: Elecnor, Abengoa, Isolux, ACS, Técnicas Reunidas, X-Elio, OPDE, Alten, FieldFare, Solarpack...

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