Especial Empresas América

Las firmas españolas mejoran su cuota de mercado

  • Hay empresas por el continente en todos los segmentos del negocio

Tomás Díaz

La presencia de las empresas energéticas españolas no para de crecer en el Nuevo Continente. Y lo hace en todos los segmentos del negocio, desde el auge de las renovables, hasta la explotación de los hidrocarburos, pasando por la construcción de infraestructuras de transporte y distribución, así como la comercialización y la venta directa. Más de una, incluso, fía el grueso de su crecimiento durante los próximos años al otro lado del Atlántico.

Una de los grandes firmas, Repsol -la que tiene intereses en un mayor número de países, una docena- ya obtuvo el 75% de sus hidrocarburos en territorio americano el año pasado, y centra su crecimiento en el continente, en varios campos de Alaska, Colombia, Canadá y Brasil, que denomina conjuntamente ACDC. El de Alsaka, Horseshoe, descubierto el año pasado, es el mayor hallazgo de crudo en suelo de EEUU de los útlimos 30 años. Fondos no le van a faltar, puesto que está a punto de ingresar más de 3.800 millones de euros por la venta del 20% de las acciones que poseía en Gas Natural Fenosa (GNF).

Mas aunque esos recursos sean claves, tiene éxito en otras regiones, como Trinidad y Tobago, donde en junio encontró una enorme bolsa de gas, equivalente al consumo de España de dos años, o Bolivia, donde ya cuenta con una importante presencia y baraja una inversión de 900 millones. Ahora bien, no todo son alegrías: atraviesa un momento delicado en Venezuela, donde no cobra un tercio de los 150 millones que factura mensualmente y ha reducido su exposición en el país a la mitad en apenas un año.

Y más allá de la exploración y la extracción de hidrocarburos, Repsol se ha lanzado a seducir al conductor mexicano y está invirtiendo 400 millones de euros para conseguir una cuota del 8 al 10% en el mercado de gasolineras del país azteca en un quinquenio. La firma ya fabricaba allí caucho sintético y además acaba de ganar los derechos para buscar hidrocarburos en siete bloques mineros.

La otra gran petrolera de raíces hispanas, Cepsa, acaba de entrar en México, al adjudicarse tres bloques mineros para buscar y explotar hidrocarburos, actividad que ya realiza en Colombia y Perú. A mediados del año pasado, aumentó la capacidad de fabricación de su planta de producción de bases para detergentes en Brasil, otro país americano en el que tiene presencia, junto con Canadá.

En proceso de reorganización

A caballo entre el gas y la electricidad se halla GNF, ahora en pleno proceso de reorganización, tras la salida de Repsol, la llegada de nuevos accionistas y el nombramiento de un nuevo presidente. En la región tiene presencia en 10 países, aunque con una relevancia muy dispar. Su plaza fuerte es Chile -lleva un par de años ordenando sus filiales y ejecutando un potente plan de expansión de más de 2.000 millones durante cinco años-, tiene previsto expandirse por Argentina, si se normaliza la situación, y está abandonando Colombia: culmina la venta de su filial de gas y le reclama 1.000 millones al Gobierno en un arbitraje en la ONU por Electricaribe, la subsidiaria de distribución eléctrica que le fue expropiada hace más de un año.

A la espera de conocer su nuevo Plan Estratégico, en el crecimiento de GNF en el continente brillan con luz propia las renovables: por medio de su filal Global Power Generation, va a construir plantas verdes en Chile y Brasil por unos 400 millones.

Sobre las energías limpias y otros negocios regulados -especialmente las redes eléctricas- también se enfoca Iberdrola. Sólidamente asentada en tres países, EEUU, México y Brasil, planea destinarles más de la mitad de los 32.000 millones que invertirá hasta 2022, ejercicio en el que la actividad americana le aportará el 45% del resultado operativo, alrededor de 12.000 millones.

En EEUU, su filial Avangrid -segundo generador de renovables del país- acaba de desprenderse de un negocio marginal de gas y se ha adjudicado una interconexión con Canadá ligada a un contrato de suministro de 8.000 millones; también encara sus primeros parques eólicos marinos, en la costa oriental, vinculados a un desembolso de capital de unos 2.500 millones. En México ya es el primer generador independiente y tiene 3.500 MW en construcción.

En Brasil, su subsidiaria Neoenergia es la mayor eléctrica del continente por número de clientes, está en integrándose con Elektro -absorbida hace apenas un año- y libra una guerra abierta con Enel por el control de Eletropaulo, la mayor distribuidora de electricidad del coloso carioca. La competición por hacerse con Eletropaulo ha trascendido el ámbito brasileño, ya que la empresa española ha decidido denunciar en la Comisión Europea las ventajas de las que goza la empresa italiana al estar en manos del Estado, que a su juicio se traducen en competencia desleal.

Aunque no es una empresa energética pura, Acciona obtiene el grueso de sus ingresos de la división de energía y cuenta con activos de generación renovable en seis estados americanos. En estos momentos construye un parque eólico en México -unos 200 millones-, acaba de anunciar la construcción de cuatro plantas en Chile, con una inversión de unos 500 millones, y tiene ya planificadas otras dos instalaciones más en EEUU y México. Además, Nordex, el fabricante eólico del que es primer accionista, tiene su primer mercado en EEUU y una factoría en Brasil.

Equipos e infraestructuras

En el capítulo de la fabricación sobresale Siemens Gamesa, que tiene plantas en Brasil, México y EEUU, y vende sus aerogeneradores y otros equipos en todo el continente. La empresa hispanogermana cerró el último trimestre con la mayor entrada de pedidos de su historia, 2.464 MW, de los que un 22% acabarán levantándose en EEUU. Además, se encarga del mantenimiento de una flota de aerogeneradores superior a los 18.000 MW de potencia. Sus perspectivas son buenas, especialmente en el incipiente mercado de la eólica marina, en el que prácticamente no tiene rivales.

Y ya en el capítulo de las infraestructuras de transporte de la energía, por el lado de los hidrocarburos, Enagas ha identificado Latinoamérica como una de sus áreas de expansión internacional. A la espera de encontrar buenas oportunidades -dispone de unos 400 millones para invertir-, el gestor del sistema gasista español tiene intereses en Chile, México y Perú, donde ha tenido que abrir un arbitraje para garantizarse la devolución de los 511 millones que destinó al Gasoducto Sur Peruano.

Y por el lado de las redes eléctricas, REE cuenta con activos en Perú y Chile. Aquí culminó en noviembre una línea de 600 kilómetros para integrar los sistemas eléctricos del norte y el sur del país -casi 700 millones de inversión- y se ha adjudicado nuevas líneas que le exigirán el desembolso de unos 130 millones. El operador del sistema eléctrico español también quiere seguir creciendo en la zona.

Constructoras e ingenierías

Tampoco son pocas las constructoras e ingenierías españolas con actividad en América, construyendo infraestructuras para otros: Técnicas Reunidas, Sener, ACS, FCC, Ferrovial, Isolux, OHL, Sacyr... Abengoa, por ejemplo, despliega una línea de 2.350 kilómetros en Brasil -la más grande de Latinoamérica de sus características-, una cogeneración de 300 MW en México, energía solar en EEUU, etc.

Mención especial merece Elecnor, que cuenta con proyectos en una docena de países, entre los que destacan México y, sobre todo, Brasil, donde su filial Celeo Redes se adjudicó cuatro plantas solares en abril, vinculadas a una inversión de 181 millones.

Y hay una constelación de compañías más pequeñas con proyectos sobre todo renovables: X-Elio, OPDE, Solarpack, Alten, FieldFare, Grupotec, Soltec... Audax acaba de anunciar la construcción de un parque eólico en Panamá por 130 millones.

Suma y sigue en el panorama empresarial español en Latinoamérica.