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Turquía dice que ha matado a 77 kurdos en Irak desde el martes

Turquía acentuó este miércoles su ofensiva militar contra los rebeldes kurdos en el norte de Irak y se negó a establecer una fecha para la retirada de sus tropas, pese a los llamamientos de Estados Unidos instándole a poner fin cuanto antes a su incursión.

El ejército turco dice haber matado desde el martes por la noche a 77 rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en los "combates más duros" desde el inicio, el pasado jueves, de su ofensiva en las montañas norteñas de Irak, cubiertas por un manto de nieve.

Cinco soldados turcos y tres milicianos kurdos del ejército turco murieron en combate, agregó el Estado Mayor. Estas bajas elevan a 230 el número de rebeldes muertos desde el comienzo de la operación y a 27 las pérdidas en las filas del ejército turco, incluidos los milicianos, según el cómputo de Ankara. El último balance del PKK da cuenta de 108 soldados muertos, sin especificar el de rebeldes caídos en combate.

Mientras la aviación turca bombardeaba las posiciones del PKK, un asesor del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó en Bagdad, donde se encuentra para abordar el desarrollo de la incursión, que su país no fijaría un calendario de retirada hasta que se haya erradicado a los insurgentes. "No habrá calendario de retirada de las tropas turcas del norte de Irak mientras no se haya eliminado la presencia de la organización terrorista", declaró a la prensa Ahmet Davutoglu, asesor de política exterior de Erdogan.

Davutoglu hizo su declaración durante una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, quien se mostró crítico con los rebeldes y con la operación militar. "Condenamos el terrorismo. Condenamos el PKK, pero al mismo tiempo condenamos cualquier violación de la soberanía de Irak", afirmó. El gobierno iraquí ya condenó el martes la incursión que calificó de "unilateral e inaceptable". La delegación turca también prevé reunirse con el presidente iraquí, Jalal Talabani, y el embajador estadounidense en Bagdad, Ryan Crocker.

Poco antes de las palabras de Davutoglu, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, afirmó que la incursión turca ha de poder medirse en "días, o hasta una o dos semanas. Pero no en meses". Gates, quien llegará este miércoles a Ankara, intentará convencer a los dirigentes turcos de que "la acción militar por sí sola no le resolverá el problema del terrorismo a Turquía".

"Hay un lugar para las operaciones de seguridad, pero deben ir acompañadas por iniciativas económicas y políticas (...) Hay que responder a los problemas y a las quejas de los kurdos en el marco de iniciativas no sólo militares para hallar una solución a largo plazo", dijo.

Estados Unidos, que desde hace meses proporciona información sobre los desplazamientos de los rebeldes en el norte de Irak, teme el estallido de un conflicto entre dos de sus aliados regionales -los turcos y los kurdos iraquíes- si la ofensiva turca se prolongara en el tiempo.

En Washington, Dana Perino, una portavoz de la Casa Blanca, estimó el martes por la noche que los turcos se han comportado por ahora de manera "más bien responsable" y recalcó que "Turquía tiene derecho a defenderse".

En la localidad nororiental turca de Dogubeyazit, de mayoría kurda, una manifestación contra la operación militar degeneró en disturbios con la policía, según la agencia Anatolia, que informó de tres policías heridos y 55 manifestantes detenidos.

Turquía estima en unos 4.000 los rebeldes atrincherados en el norte de Irak. El conflicto kurdo en Turquía ha dejado más de 37.000 muertos desde que en 1984 dio comienzo la insurrección del PKK, considerado una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.

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