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Rusia planta cara y lanza advertencia antes de la cumbre europea sobre Georgia
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, lanzó esta advertencia el domingo, víspera de una cumbre de la Unión Europea (UE) en Bruselas para estudiar una respuesta a la intervención rusa en Georgia. En una entrevista concedida a la televisión rusa, Medvedev explicó que "no es partidario de las sanciones". Por eso Rusia sólo las adopta "en casos extremos", dijo al explicar que, además, la imposición de tales medidas requiere la adopción de leyes especiales. Pero "si hace falta, también podemos adoptar este tipo de leyes", amenazó Medvedev, aunque calificó esa opción de "contraproducente".
También dejó claro de que "no hay marcha atrás" en su decisión de reconocer a las dos regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia como estados independientes, algo que los países occidentales condenan abiertamente. "Tomé esa decisión y no hay marcha atrás", dijo.
Rusia tiene previsto firmar unos acuerdos con ambos territorios la próxima semana que permitirán a Moscú establecer bases militares en ambas, así como detallar áreas para una posible cooperación.
Medvedev volvió a cargar contra Washington al señalar que su país "no puede aceptar un sistema mundial donde todas las decisiones las toma un solo país, incluso si es tan importante como Estados Unidos".
Las tropas rusas entraron en Georgia el 8 de agosto para contrarrestar la ofensiva lanzada por Georgia para retomar el control de Osetia del Sur, que se separó de Tiflis en los años noventa respaldada por Moscú. Los rusos seguían manteniendo el domingo posiciones en el oeste de Georgia. Moscú afirma que se trata de una misión de mantenimiento de paz mientras que Georgia denuncia que es una fuerza de ocupación.
Sobre la presencia y la intervención rusa en Georgia volvió a pronunciarse el domingo el primer ministro, Vladimir Putin, al asegurar que su país actuó "plenamente" de acuerdo al derecho internacional. Posteriormente, Putin tocó un tema sensible en otra entrevista al afirmar que Rusia no tiene intención de limitar sus exportaciones de petróleo y gas a Europa pero las "diversificará".
En cuanto a la cumbre de Bruselas, los líderes europeos tienen intención de llevar a cabo una revaluación de las relaciones con Moscú y acordar una serie de medidas, si bien Francia, país que preside este semestre la UE, ya hizo saber que no se considerarán sanciones contra los rusos.
Medvedev habló por teléfono el domingo por la noche con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que presidirá la cumbre. Ambos mantuvieron lo que el Kremlin definió como "un intercambio de ideas" sobre las zonas de seguridad alrededor de Osetia del Sur y Abjasia y el envío de más "observadores militares internacionales".
Sobre esta cumbre, el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, también expresó el domingo, en un mensaje a la nación, su confianza en el apoyo de Europa en la crisis con Rusia. "Espero que Europa apoye nuestra integridad territorial y diga que no reconocerá jamás esas acciones ilegales", dijo. Tiflis espera que los europeos adopten en su cumbre de este lunes una declaración firme sobre la decisión de Rusia de reconocer a Osetia del Sur y Abjasia.
Decenas de miles de personas tienen previsto participar en una serie de manifestaciones organizadas por toda Georgia y en algunas ciudades europeas, este lunes, coincidiendo con la reunión de la UE.
Por su parte, en un artículo publicado el domingo por el diario The Observer, el primer ministro británico, Gordon Brown, subrayó que los líderes europeos "deberán revisar su relación con Rusia".
En un intento de promocionar su causa, Medvedev habló por teléfono también con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, amigo cercano de Putin.
El sábado, el presidente ruso también pidió a los gobiernos europeos que envíen más observadores a Georgia para controlar el alto el fuego.
Los 56 países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) decidieron enviar 100 observadores a Georgia, cuya capital, Tiflis, visitará el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, el próximo martes.
Según él, la UE debe "construir lo más rápidamente posible relaciones con otros productores de petróleo y gas", por ejemplo aumentando el suministro del mar Caspio. El sábado, Medvedev reiteró que Rusia "cumple los seis puntos" del acuerdo de alto el fuego alcanzado con Georgia, pese a los repetidos llamados de Occidente para que retire completamente sus tropas de territorio georgiano.
Los 56 países miembros de la OSCE decidieron días atrás enviar hasta 100 observadores a Georgia, confiando en que una mayor presencia llevaría a Rusia a abandonar sus posiciones en el oeste de Georgia.
En vísperas de la cumbre europea, los ministros ruso y alemán de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov y Frank Walter Steinmeier respectivamente, coincidieron en "la necesidad de poner fin a los intentos de utilizar la situación en torno a Georgia (...) para incrementar la tensión en Europa, especulando sobre amenazas que no existen sobre otros países (ex soviéticos)", según el Kremlin.
Ese texto aludía a declaraciones que días atrás hizo el canciller francés, Bernard Kouchner, sobre el hecho de que Moscú podía tener "otros objetivos" como "Crimea, Ucrania y Moldavia". Mientras tanto, Rusia enfrenta una oleada de críticas respondiendo con cierta soberbia, incluso a EEUU, el mayor apoyo de Tiflis. El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, visitará Tiflis el martes, en un nuevo acto de apoyo a la ex república soviética, donde las tropas rusas entraron el 8 de agosto.