Por Anne Harding
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los ataques de gotarecurrentes se duplican los días con calor y baja humedad.
El equipo de la doctora Tuhina Neogi, de la Facultad deMedicina de Boston University, detectó que el riesgo tambiénaumentaba, pero menos, los días con calor y humedad versus losdías de temperatura moderada y humedad relativa.
"Nuestros resultados muestran que la combinación de altatemperatura y baja humedad es un factor de riesgo para queaparezcan los ataques de gota -dijo Neogi-. Eso quizás describeel aumento de la pérdida evaporativa cuando la temperaturaaumenta con baja humedad".
Señaló que con estos resultados los médicos deberíanrecomendarles a sus pacientes con gota que se hidraten conlíquidos adecuados (lo ideal es el agua) cuando hace calor.
Para los autores, este estudio es el primero sobre losfactores climáticos y el riesgo de padecer ataques recurrentesde gota. Hicieron un estudio cruzado de casos vía Internet sobre632 pacientes con por lo menos un ataque de gota durante los 12meses previos al inicio del estudio. El equipo los monitoreódesde el 2003 hasta el 2010.
Los autores utilizaron los registros de la AdministraciónNacional Oceánica y Atmosférica para conocer las condicionesclimáticas de las zonas del código postal de cada pacientedurante las 48 horas previas al ataque de gota y durante losperíodos "control".
El calor en esas 48 horas previas estuvo positivamenteasociado con el riesgo de tener un ataque de gota. Los pacientestenían un 43 por ciento más riesgo de padecer un ataque si lastemperaturas eran de entre 21 y 26°C. El riesgo crecía un 40 porciento cuando la temperatura superaba los 26.5°C que cuando erade entre 10 y 15°C (p=0,01 para la tendencia lineal).
La humedad relativa por debajo del 40 por ciento en las 48horas previas al ataque aumentaba al 55 por ciento el riesgo detener un ataque. Si la humedad relativa era del 60 por ciento,el riesgo era del 74 por ciento. En cambio, el riesgo crecía un14 por ciento con una humedad relativa del 75-84 por ciento y un11 por ciento con una humedad relativa del 85 por ciento o más.
El riesgo más alto apareció con temperaturas de 21°C o máscombinadas con 60 por ciento o menos de humedad relativa las 48horas previas al ataque (OR=2,04), comparado con 10-15°C y unahumedad del 60-74 por ciento, según publica el equipo enAmerican Journal of Epidemiology.
"Los mecanismos biológicos detrás de estas asociacionesmerecen más investigación, que debería incluir factores como loscambios conductuales en respuesta al tiempo que puedan influiren el riesgo de padecer un ataque de gota. Los pacientesdeberían saber que, en ciertas condiciones de calor y/o climaseco, tendrían que tomar ciertas precauciones, como beber másagua, para minimizar el riesgo de tener ataques de gotarecurrentes", concluyen los autores.
FUENTE: http://bit.ly/1o83BbR