Empresas y finanzas

Las sanciones a Irán afectan a la economía pero no a la política nuclear

París, 23 abr (EFECOM).- Las sanciones internacionales impuestas al régimen iraní por continuar con su programa nuclear están afectando negativamente a la economía del país, pero no han logrado que se alteren los planes para dotarse de la tecnología atómica, según un estudio oficial francés.

El crecimiento económico de Irán el año pasado se vio amputado a causa de ese dispositivo de sanciones de entre 1 y 1,5 puntos y quedó en el 4,5%, en lugar del 6% previsto, según los datos de este estudio, al que el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, había aludido el pasado día 8 y cuyo contenido fue publicado hoy por "Le Monde".

Los autores del informe destacan que a medio plazo está amenazado el desarrollo petrolero y gasístico de Irán, que necesita inversiones extranjeras de unos 100.000 millones de dólares en diez años para poner en marcha un sector exportador de gas.

Es más, advierten de que a causa de todos los bloqueos impuestos desde el exterior, Irán podría llegar a tener que importar crudo en el horizonte de 2022-2025.

Detrás de ese panorama están las dificultades para realizar montajes financieros y alianzas industriales con los grandes grupos energéticos internacionales, imprescindibles por ejemplo para dar salida al gas con plantas de licuado.

La paradoja constatada por los responsables oficiales franceses es que ese impacto económico, que deriva en particular de las medidas que han disuadido a los bancos occidentales de implicarse en transacciones en Irán, no ha conseguido que Teherán renuncie a sus proyectos nucleares.

Esa paradoja se explica en el estudio porque el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha optado por no ceder y sacrificar los logros a largo plazo ya que se siente invulnerable a corto plazo por los beneficios que sigue recibiendo por sus actuales exportaciones energéticas.

Su estrategia es tratar de sortear las sanciones sirviéndose de países terceros para algunas de sus operaciones (Dubai aparece en primera línea, junto a China, Azerbaiyán y Malasia).

Además, está el hecho de que la posición de algunos países occidentales en la aplicación de las sanciones internacionales resulta cuando menos ambigua.

Después de que la ONU votara el pasado marzo un tercer paquete de medidas para tratar de doblegar al régimen de Teherán, Francia y el Reino Unido pretenden ahora endurecer el dispositivo coercitivo de la Unión Europea, una cuestión que podría resurgir durante la presidencia francesa de la UE en el segundo semestre. EFECOM

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