(Reuters) - JPMorgan Chase anunció el jueves que sufrió una pérdida por 2.000 millones de dólares (1.540 millones de euros en operaciones por una fallida estrategia de cobertura, una revelación que golpeó las acciones del sector financiero y la reputación del banco y de su destacado consejero delegado, Jamie Dimon.
Para un banco considerado un sólido gestor de riesgos que nunca tuvo pérdidas durante la crisis financiera, los errores son un motivo de sonrojo, especialmente después de las críticas de Dimon a una ley que prohíbe excesivas apuestas bursátiles de los grandes bancos y podría causar más presión del Gobierno sobre el sector.
"Esto nos hace parecer tontos", reconoció Dimon.
Desde finales de marzo, la presidencia de inversiones "ha tenido significativas pérdidas por valoración a precio de mercado en su cartera de créditos sintéticos", dijo JPMorgan en un documento trimestral entregado a la Comisión de Valores estadounidenses (SEC, por sus iniciales en inglés).
JPMorgan dijo que otras ganancias compensaron parcialmente la pérdida operativa, y que estima que la unidad de negocios con la cartera reportará una pérdida por 800 millones de dólares en el segundo trimestre, excluyendo resultados de inversión privada y gastos judiciales.
Esta cifra se compara con una ganancia de alrededor de 200 millones de dólares prevista anteriormente por el banco.
"Podría costarnos hasta 1.000 millones de dólares o más", dijo Dimon, en una rueda de prensa programada rápidamente y en la que le ofreció disculpas a los analistas de bolsa.
"Es arriesgado y durará un par de trimestres", dijo Dimon.
La pérdida en dólares, no obstante, podría ser menos significativa que el golpe asestado a la reputación de Dimon y del banco. JPMorgan tenía 2,32 billones de dólares en activos apoyados por 190.000 millones de dólares en valores de accionistas al término de marzo, y es el más grande de Estados Unidos por activos.
Además, fue lo suficientemente fuerte para adquirir al banco de inversión Bear Stearns y al banco de consumo Washington Mutual cuando ambos se hundieron en 2008.
REPUTACIÓN
Este anuncio podría afectar esa reputación "además de afectar la credibilidad de la gerencia", escribió Jason Goldberg, analista de Barclays, en una nota a sus clientes.
Las acciones del banco cayeron un 5 por ciento tras el cierre del mercado, recortando pérdidas desde la reacción inicial al anuncio, y otras acciones financiera también cayeron drásticamente. Las de Citigroup perdieron un 2,4 por ciento y las de Bank of America cedieron un 1,7 por ciento.
Dimon agregó que los errores cometidos son "atroces" y pidió perdón a los analistas durante la conferencia, organizada de urgencia inmediatamente después de informar lo sucedido al regulador.
También reconoció que los errores son especialmente vergonzosos a la luz de su abierta crítica a la llamada Regla Volcker, que apunta a evitar que se repita la crisis financiera de 2007-2009 limitando la posibilidad de los bancos de tomar riesgos excesivos apostando en el mercado con fondos propios.
"Esto caerá en las manos de un puñado de 'entendidos' allá afuera, pero así es la vida", dijo Dimon. Añadió que aún mantiene sus argumentos en contra de la regla Volcker.
El problema en JPMorgan, dijo, fue con la ejecución de las estrategias de cobertura.
La estrategia "mutó con el tiempo" y fue "ineficaz, precariamente vigilada y pobremente construida", dijo Dimon.
"Esto violó nuestros principios. Estas transacciones violan el principio Dimon", enfatizó.
La presidencia de inversiones es el brazo que JPMorgan usa para hacer apuestas que cubran sus carteras de tenencias individuales, como créditos a empresas de mayor riesgo.
/Por David Henry y Rick Rothacker/