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Una vez más, el republicano Romney gana por los pelos

WASHINGTON (Reuters) - Mitt Romney sobrevivió a otra experiencia de campaña de infarto, pero una ajustada victoria en Ohio y otros cinco estados en el Supermartes no ha ayudado a despejar las dudas en torno al frágil favorito para la candidatura presidencial republicana en Estados Unidos.

El reñido triunfo de Romney sobre Rick Santorum en las primarias de Ohio bastó por los pelos: lo acercó un paso más a la candidatura republicana y evitó un dramático cambio en la carrera para decidir quién se enfrentará al presidente demócrata Barack Obama en las elecciones del 6 de noviembre.

Pero la breve ventaja en Ohio y unas derrotas decisivas en el sur demostraron que Romney no está logrando su objetivo de atraer a los conservadores, los cristianos evangélicos y los trabajadores, en una competición que seguramente durará hasta finales de abril o más.

Además, las próximas semanas quizás no le traigan buenas noticias. Las próximas primarias es un caucus el sábado en el conservador estado de Kansas, donde se prevé que Santorum - un conservador en cuestiones sociales que enfatiza su fe católica - tenga un buen resultado.

El próximo martes, la campaña se traslada a la conservadora región del sur, donde Romney, ex gobernador de Massachusetts, en el norte, no ha tenido buenos resultados. Misisipi y Alabama celebran primarias ese día.

Los resultados del martes dieron a los rivales de Romney una razón para seguir en la carrera: Santorum, ex senador de Pensilvania, ganó Oklahoma, Tennessee y Dakota del Norte, mientras que Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, triunfó en Georgia.

Sin embargo, Romney sigue consiguiendo apoyo entre los delegados estatales que necesita para obtener la candidatura. De algún modo se ha convertido en un boxeador que no puede vencer por nocaut, pero que de a poco va ganando su pelea por puntos.

"La buena noticia para Romney es que sigue siendo el favorito", dijo el republicano Dan Schnur, colaborador de la fallida campaña presidencial de John McCain en 2000. "La mala noticia es que las dudas en relación a su candidatura sólo están aumentando", agregó.

Además de Ohio, Romney ganó en Massachusetts, Vermont, Virginia, Alaska e Idaho, consolidando su liderazgo en la carrera por los 1.144 delegados del partido necesarios para obtener la nominación.

Pero los sondeos a pie de urna en Ohio mostraron que Romney, un antiguo empresario de fondos de capital privado, no aumentó su apoyo entre los votantes de clase trabajadora y conservadores a pesar de su esfuerzo por reorientar la atención en la economía y la creación de empleo. Sólo el 22 por ciento de los votantes de Ohio opinó que Romney es el candidato que mejor entiende sus problemas, en comparación con el 31 por ciento que eligió a Santorum.

Romney también perdió frente a Santorum entre los votantes que ganan menos de 100.000 dólares al año y los que se describieron como muy conservadores. Tuvo un resultado levemente mejor entre los conservadores cuando ganó en Florida hace un mes y en Michigan la semana pasada.

GANA EN MOMENTOS CLAVE

En Ohio, Romney demostró una vez más que gana cuando está entre la espada y la pared. Cuando ha afrontado una disputa crítica durante la campaña - en Florida, Michigan y Ohio -, logró sacar provecho de su experiencia financiera y organizativa para recuperar el mando de la carrera.

En Ohio, Romney y el grupo independiente "Super PAC" superaron económicamente a Santorum 4 a 1, atacando al ex senador con publicidad negativa en televisión que ayudó a borrar una ventaja de dos dígitos que llevaba en el estado.

El equipo de Santorum se consoló logrando que la disputa fuera reñida a pesar de su desventaja económica. Pero analistas dijeron que Romney, pese a sus dificultades para ganarse al electorado conservador del partido, hizo lo que tenía que hacer.

"¿Cómo se ganan campañas? Recaudando dinero y siendo organizado", afirmó el encuestador republicano Steve Mitchell. "Está ganando duras batallas en estados que van a ser importantes en la elección general".

La última vez que Romney pareció estar a punto de decidir la carrera, tras su victoria del 31 de enero en Florida y del 4 de febrero en Nevada, los triunfos de Santorum en Misuri, Colorado y Minesota días después hicieron descarrilar su impulso y generaron incertidumbre.

Romney espera evitar una situación similar el 20 de marzo, cuando afronte otra disputa en la región centro-oeste con Santorum en Illinois, donde se volverá a poner a prueba su capacidad de atraer a la clase trabajadora.

"Para Romney, una victoria es una victoria", sostuvo el encuestador de Quinnipiac Peter Brown. "Terminar en un cercano segundo puesto en Ohio es bueno para Santorum, pero el segundo es el segundo. ¿Cuál es el argumento para sus donantes? '¿Puedo quedar segundo cerca?'", ironizó.

/Por John Whitesides/

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