Ignacio Ortega
Moscú, 24 ago (EFECOM).- El proyecto de explotación del mayor yacimiento de petróleo del mundo, Kashagán (Kazajistán), se encuentra en peligro por el enfrentamiento entre el Gobierno kazajo y el consorcio operador.
Las autoridades de Kazajistán amenazaron esta semana con suspender el proyecto debido a las graves violaciones de la legislación ecológica cometidas por el consorcio Agip KCO (Agip Kazakhstan North Caspian Operation Company), fundado en 1997.
Agip KCO está integrado por la empresa estatal kazaja KazMunaiGaz, la petrolera italiana Eni, las estadounidenses ExxonMobil y ConocoPhillips, la holandesa Royal Dutch/Shell, la francesa Total y la japonesa Inpex.
Situado en el noroeste del mar Caspio, el yacimiento de Kashagán, con varios pozos subterráneos y una superficie de 5.600 kilómetros cuadrados, tiene unas reservas probadas de 10.000 millones de toneladas de petróleo o 38.000 millones de barriles de crudo.
"Todas las operaciones en Kashagán podrían ser suspendidas. Tenemos razones para suponer que el operador no cumple con la legislación ecológica kazaja", aseguró Nurlán Iskakov, ministro de Protección del Medio Ambiente.
Iskakov advirtió de que Kazajistán podría verse obligada a "revocar la licencia a Agip KCO, ya que ulteriores trabajos podrían causar daños irreparables al medio ambiente", según la agencia rusa Interfax.
Las autoridades kazajas aseguran que el volumen de capturas de pescado en el Caspio se ha reducido en los últimos años y también denuncian la aparición de varios ejemplares de focas muertas.
No obstante, según los analistas, la razón del conflicto reside en el reciente anuncio de la petrolera Eni de que la producción comercial de Kashagán se retrasará de 2008 hasta 2010, decisión que ha sentado muy mal a las autoridades del país centro-asiático.
"Estamos valorando las pérdidas económicas debido al aplazamiento y pronto presentaremos los resultados al Gobierno", aseguró Bajut Sultánov, ministro de Economía kazajo.
Además de posponer el inicio del bombeo, Eni adelantó que el coste del proyecto aumentará de los 57.000 millones de dólares iniciales a los 136.000 millones.
Sultánov expresó su "decepción" con la marcha del proyecto y añadió que "no se excluye el posible relevo de los operadores".
Mientras, el primer ministro, Karim Masímov, describió los cambios en los plazos de explotación de Kashagán como "un incumplimiento de contrato".
"Nuestra respuesta será adecuada, pues la alteración de los plazos supone el cambio del contrato mismo", advirtió.
Este no es el primer aplazamiento, ya que la producción ya debió haber comenzado en 2005, pero autoridades y operadora llegaron a la conclusión en 2004 de que era imposible cumplir esos plazos.
Kazajistán y Agip KCO firmaron entonces un nuevo acuerdo para el inicio de la producción en 2008, y los operadores se comprometieron a compensar al Gobierno de Astaná con 150 millones de dólares.
Los nuevos retrasos obligarán a Kazajistán -considerado junto a los otros países ribereños con el Caspio (Turkmenistán, Azerbaiyán e Irán) la alternativa ideal al conflictivo Oriente Medio-, a revisar a la baja sus previsiones para el período 2010-2015.
Otros analistas apuntan que la airada reacción de Kazajistán está relacionada con su intención de aumentar su porcentaje en los ingresos del proyecto del actual 10% al 40%, mientras se mantendría el acuerdo de repartirse los beneficios durante los próximos 40 años.
Si eso fuera así, las autoridades kazajas estarían buscando sustituir a Eni y otros socios díscolos por compañías que acaten las nuevas condiciones.
El primer ministro italiano, Romano Prodi, anunció el jueves que se reunirá en los próximos días con representantes del Gobierno kazajo para lograr un acuerdo beneficioso para todas las partes.
"Han surgido ciertas dificultades técnicas, pero trabajaremos en este asunto para llegar a un acuerdo", dijo en rueda de prensa.
Según medios de comunicación italianos, Eni estaría dispuesta a ceder a Kazajistán un 25% de los ingresos de Kashagán, aunque esta oferta fue negada por el portavoz de la compañía, Gianni Di Giovanni.
Por su parte, la francesa Total ya ha adelantado que sólo seguirá en el proyecto si las condiciones son "satisfactorias".
Este conflicto recuerda el caso del proyecto Sajalín-2 en Rusia, donde Royal Dutch/Shell y las japonesas Mitsui y Mitsubishi tuvieron que ceder al gigante estatal ruso Gazprom la mitad de su participación tras la aparición de similares reclamaciones ecológicas.
Eni, ExxonMobil, Royal Dutch/Shell y Total poseen cada uno un 18,52% del proyecto, ConocoPhilips un 9,26%, mientras la kazaja KazMunaiGaz y la japonesa Inpex se llevan cada una un 8,33%.
Según el consorcio, la extracción comercial del crudo de Kashagán abarca tres fases, una inicial con un caudal de 75.000 barriles de petróleo por día (b/d), la segunda que incrementará la extracción a 450.000 b/d y al tercera que pretende alcanzar el máximo de producción de 1.200.000 b/d.
La extracción máxima se alcanzaría en el año 2016 con 1.200.000 barriles diarios ó 56 millones de toneladas de petróleo al año.EFECOM
io/si/jla
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