Ramón Santaularia
Viena, 8 jun (EFECOM).- Las acciones de la mayoría de las compañías automovilísticas europeas han acelerado en el último año su cotización a una velocidad vertiginosa, al contrario de varias en EEUU y Japón, que se enfrentan a la desaceleración de la demanda.
El ejemplo más espectacular de esta tendencia se percibe en los títulos de la germana Volkswagen (VW), que llegaron a doblar su valor en abril frente a junio pasado, al alcanzar los 117,7 euros, si bien en los últimos días se han depreciado hasta 108 euros.
La responsable indirecta de estas ganancias es, sin lugar a dudas, la marca deportiva Porsche que ha adquirido algo más del 30 por ciento de las acciones de VW y que desde junio pasado también ha ganado un 43 por ciento hasta situarse en 1.270 euros por título, una cifra que da muestras de una vitalidad financiera sin par.
Su presidente, Wendelin Wiedeking, puede alardear de que las ganancias se hayan producido, pese a haber plantado cara a la Bolsa de Fráncfort, al negarse a presentar el informe trimestral requerido sobre la evolución interna que exige este parqué a todas las empresas que cotizan en ese parqué.
Varias son las razones atribuidas a la subida como la espuma de Porsche, siendo la principal que esta casa ha obtenido un gran beneficio debido, más que nada, a las muy rentables operaciones financieras que ha llevado a cabo en 2006, al margen de los ingresos por producción, según el experto alemán Ferdinand Dudenhöffer.
Este analista, en declaraciones a EFE, pronosticó que las acciones de VW se mantendrán gracias al tándem compuesto por el presidente del grupo Martin Winterkorn y el muy influyente ex jefe del consorcio Ferdinand Piech, que es, además, el presidente de su consejo de supervisión y gran accionista de Porsche.
Este último fabricante se enfrenta al desafío de cruzar la barrera de las 100.000 unidades, que posiblemente no logrará hasta 2009 ó 2010, cuando pueda vender entre 20.000 y 30.000 unidades del nuevo deportivo de cuatro puertas Panamera.
Además, según el analista germano, Porsche debe corregir la débil demanda del todoterreno Cayenne en el mercado estadounidense, un modelo de alto consumo que circula con el viento de cara en tiempos de bajas emisiones y vehículos más favorables a la protección ecológica.
Dudenhöffer afirma que Audi y Skoda marchan bien, que la española Seat va mal y que la marca Volkswagen no va descarriada, pese a que Wolfgang Bernhard tuvo que irse para pasar a ser consejero del grupo inversor norteamericano Cerberus, que ha decidido adquirir el 80 por ciento de Chrysler.
Tampoco es desdeñable la escalada de las acciones de Renault del 28 por ciento en los últimos doce meses, hasta 108 euros actuales.
Pero Dudenhöffer cree que el fabricante francés tiene pocas perspectivas de sostener esta tendencia alcista, que, al igual que su socio nipón Nissan, tenderá a bajar en bolsa por la mal enfocada política de producción de Carlos Goshn, que "ha lanzado muchos modelos con escasas diferencias mecánicas".
El competidor italiano Fiat, cuyos títulos prácticamente han doblado el valor desde 2006, hasta 19,5 euros, se ha beneficiado de la búsqueda de nuevos mercados en Oriente Medio, como Qatar, y de modelos de buena aceptación, como el Punto Grande, pero la marca de Turín difícilmente podrá mantener el ritmo alcista pasado, según el experto.
A su vez, el aún vigente consorcio germano-estadounidense DaimlerChrysler, que, en su mejor momento desde 2006, ha logrado subir un 47 por ciento, pese a las abultadas pérdidas de su filial Chrysler de 2.000 millones de dólares en el primer trimestre de este año, tiene ante sí muchos retos y cuestiones que responder sobre su futura evolución.
Tras conocerse que Dieter Zetsche quería desprenderse de Chrysler y que Cerberus adquirirá el 80 del tercer fabricante norteamericano, las acciones del grupo de Suttgart se han revalorizado hasta 64 euros en Fráncfort, un 47 por ciento más que en el peor momento de 2006 y ahora se han estabilizado alrededor de los 64 euros.
Queda por ver cómo evolucionará Chrysler en EEUU y a qué medidas de saneamiento será sometida en el futuro en manos de inversores, calificados en círculos socialdemócratas europeos de despiadados o de una plaga de langostas.
Wolfgang Bernhard, ex jefe de la marca Volkswagen, actuará de consejero en Cerberus, y ya se ocupó de sanear Chrysler, teniendo como jefe a Zetsche, pero está aún por definir su futuro papel en la las cadenas de producción de la marca de Detroit.
En Estados Unidos el panorama no es tan rumboso como en Europa, si bien se percibe una clara puja por los títulos del primer fabricante, General Motors, que de 24,5 dólares pasó a un tope de 37,2 dólares, en el último año, cifra que recientemente ha descendido hacia los 29 dólares.
Para Dudenhöffer, el panorama en Ford es "dramático", puesto que el segundo productor norteamericano está sumido en una profunda crisis, con modelos desfasados y sin conceptos claros, que le saquen del pozo de las pérdidas multimillonarias.
Si el precio de la acción de Ford cae por debajo de 5 dólares, el especialista germano cree que este tradicional fabricante apenas tienes posibilidades de zafarse de un desastre financiero.
Ford, no obstante la actual reestructuración, no ha podido despegarse aún de los modelos que van contra las tendencias de ecologistas y políticos que ven en los vehículos de gran cilindrada los grandes enemigos para corregir un teórico cataclismo climático.
Desde el año pasado, sus acciones han subido desde 6,06 dólares a 9,48 dólares, en el mejor momento, para colocarse ahora en torno a los 8 dólares, unos valores que han descapitalizado a la marca que popularizó el automóvil como medio popular de locomoción a comienzos del siglo pasado.
Entre las marcas niponas, Toyota sigue siendo el primer productor por facturación, pero se ha centrado en la producción masiva, en lugar de en la rentabilidad a corto y medio plazo, una estrategia típica de empresas del Lejano Oriente que ha impedido revalorizar sus títulos hasta niveles similares a los de sus contrincantes europeos.
Además -recuerda Dudenhöffer-, Toyota ha dejado de ser la marca de referencia en calidad y ha tenido que hacer varias llamadas a revisión de diversos modelos, con la consiguiente pérdida en el ránking de estadísticas de fiabilidad.
Su rival Honda, que gracias a la buena salida de sus motores híbridos en el mercado norteamericano, donde vende el 55 por ciento de sus productos, también ha retrocedido en la Bolsa de Tokio.
En ambos casos se nota la dependencia que tienen del mercado estadounidense, donde se advierte una desaceleración de la demanda, que puede reflejarse en un descenso de las ventas en 2007 frente al año pasado. EFECOM
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