Empresas y finanzas

Miles de palestinos lamentan en Día del Trabajo la falta de empleo e ingresos

Saud Abu Ramadán

Gaza, 1 may (EFECOM).- Detrás de su corroído tenderete en el abigarrado campo de refugiados de Yebalia, al norte de Gaza, Ahmed Amer, de 42 años y padre de siete hijos, no quita sus ojos de los viandantes que no le miran ni prestan atención a sus juguetes.

Amer es consciente de que para "gente sin trabajo y sin ingresos" los juguetes que adquiere con dinero que pide prestado y que vende para ganarse una pequeña diferencia, son "artículos de lujo".

"Las condiciones son muy difíciles y el público carece de dinero para alimentar a sus hijos", dice Ahmed, quien de tanto en tanto se vale de un altavoz para pregonar su mercancía y ofrecer rebajas.

El líder de la Unión de Trabajadores Palestinos, Shaher Saed, informó con motivo del Día del Trabajo que la tasa de desempleo afecta a más del 43 por ciento de la población activa, y pidió a la ONU que declare "zona de catástrofe" a Gaza y Cisjordania.

"Desafortunadamente -agregó-, en tanto el mundo celebra el Día de los Trabajadores, no lo hacen así los palestinos mientras Israel continúa su cerco y sus operaciones contra nuestro pueblo".

Más de 170.000 empleados públicos, entre estos alrededor de 80.000 en los organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), se sumaron al "ejército de los desempleados" porque el Gobierno, encabezado por personalidades del movimiento islamista de Hamas -bajo sanciones de la comunidad internacional-, lleva más de un año sin pagarles su sueldo, o pagándolos parcialmente.

"No hay trabajo ni ingresos y nuestro futuro es incierto...¿cómo festejar el Día de los trabajadores?", pregunta Jáled al-Asali, de 45 años. "El primero de mayo será una jornada festiva pero en Gaza llevamos siete años de "fiesta"?, agregó irónicamente

En la franja de Gaza, con 1.4 millones de habitantes concentrados en unos 330 kilómetros cuadrados, 70.000 operarios se convirtieron en una masa de desempleados desde setiembre del 2000, cuando Israel, al desencadenarse el segundo levantamiento (intifada) contra la ocupación militar, cerró sus puertas a los trabajadores palestinos.

"No volví a Israel desde que comenzó la "intifada"...¿qué podía hacer en tal situación?", pregunta. "Vendí todo lo que tenía en mi casa, y gasté todos mis ahorros en estos siete años", se lamenta el improvisado vendedor de juguetes.

El economista de Gaza Jáled al-Shafi declaró que el ingreso de esos operarios que trabajaban en Israel era de unos 3.5 millones de dólares diarios, "una suma líquida que podría hacer florecer la economía palestina y que dejó de existir".

Los trabajadores desempleados en Gaza dependen hoy de los "Programas de limpieza de calles y carreteras", que financian donantes europeos, señala Ahmed.

Además de reducir a un mínimo el ingreso de operarios a su territorio, y a los asentamientos judíos de Cisjordania -donde suelen desempeñarse en la construcción-, otro factor que atenta contra la economía son las severas medidas de seguridad y las barreras de control que Israel impone a la población palestina.

Esas restricciones al derecho de movimiento de la población y las demoras en los puestos de control "han duplicado las pérdidas económicas" sufridas por los palestinos, comentó el-Shafi.

A raíz de los levantamientos de 1987 y del 2000, el grueso de los operarios palestinos, cuyos ingresos llegaron a representar un tercio del producto bruto nacional en Gaza y Cisjordania, fueron reemplazados por unos 300.000 trabajadores de otras nacionalidades.

Israel selló sus fronteras con Gaza -de la que se replegó el Ejército en setiembre del 2005- y de Cisjordania a raíz de una serie de ataques de suicidas de distintas facciones de la resistencia palestina en Tel Aviv, Jerusalén, Haifa y otras ciudades. EFECOM

sar-ez/pdp/pam

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