PARÍS (Reuters) - El poderoso ministro del Interior francés se distanció el miércoles del primer ministro, Dominique de Villepin, sobre la ley del primer contrato laboral pero descartó dimitir, en un claro signo de profunda división en el seno del partido gobernante.
Los comentaristas sugieren que Sarkozy puede salir del Gobierno en un intento por evitar dañar sus posibilidades en las elecciones presidenciales de 2007 por las consecuencias de la disputa por el CPE.
"No tengo intención de exhibir más esa diferencia cuando las cosas no van bien, que cuando van bien", dijo, añadiendo que no dimitiría por este asunto.
El CPE, que permite a la patronal despedir a menores de 26 años sin darles una razón durante un periodo de pruebas de dos años, ha provocado una de las peores crisis en los 10 meses de Gobierno de Villepin. La popularidad del primer ministro ha caído en picado en las últimas semanas.
Los oponentes dicen que el contrato creará una generación de jóvenes trabajadores desechables sin seguridad laboral y los sindicatos han convocado una huelga nacional el próximo martes.
/Por Jon Boyle/