Empresas y finanzas
¡Fiesta contra la crisis! España es ya el mayor consumidor europeo de Absolut
In an Absolut World. Cuando el gigante sueco de las bebidas alcohólicas Absolut Vodka lanzó hace año y medio su nueva campaña publicitaria a nivel mundial para explicar como sería su mundo perfecto imaginó que Madrid tendría playa y que en Barcelona la bicicleta sería el principal medio de transporte.
Lo que entonces no pudo sospechar es que apenas unos meses después España iba convertirse en la capital de su particular paraíso. Con un ritmo de crecimiento anual superior al 20%, nuestro país se ha convertido en el primer consumidor de Absolut de Europa y el tercero del mundo, sólo superado por Estados Unidos y muy cerca ya de Canadá.
En 2007 la compañía, adquirida este mismo año al Estado sueco por parte de la multinacional francesa Pernod Ricard (RI.PA), vendió en España 377.000 cajas de nueve litros, lo que nos sitúa, pese a tener menos población, por delante de países como Reino Unido o Alemania. "Estamos muy satisfechos de como están evolucionado las ventas en el mercado español, que para nosotros es estratégico", asegura Ketil Eriksen, consejero delegado de The Absolut Company.
¿Y la crisis? ¿Y el parón del consumo? Según Eriksen, "seguimos la evolución del mercado con mucho cuidado y somos muy precavidos con los movimientos y las inversiones, pero seguimos creciendo con fuerza en España y no hay nada que nos haga pensar por ahora que se va a producir un cambio de esta tendencia. Es cierto que las ventas han caído algo en los bares, pero se han desplazado en cambio al hogar".
Pero Absolut no está creciendo sólo en el mercado español, sino en también en Norteamérica y el resto de Europa. "Durante los últimos años hemos invertido mucho dinero en la marca. Todo lo que generábamos en Estados Unidos, nuestro mercado más importante, lo hemos utilizado para consolidar nuestra presencia en otros países", dice Eriksen. Con 10,7 millones de cajas vendidas en todo el mundo, este vodka producido en Ahus, un pequeño pueblo al sur de Suecia, se ha convertido no sólo en la principal marca de Pernod Ricard, sino también en la cuarta enseña más importante del mundo en el sector de las bebidas alcohólicas. Por delante sólo tiene a su principal competidor, Smirnoff, propiedad de la británica Diageo y que se elabora por todo el mundo, el ron Bacardí y el whisky Johnnie Walker.
La lucha por el liderazgo
Pernod Ricard alcanzó un acuerdo con el Gobierno sueco para comprar Absolut el pasado mes de marzo por un importe de 5.630 millones de euros, lo que permitió alcanzar prácticamente a Diageo como líder mundial en el mercado de las espirituosas.
"La operación ha sido buena para ambos, tanto para Pernod como para Absolut y estoy convencido de que juntos alcanzaremos el liderazgo", asegura Eriksen. De momento, Diageo, dueña además de Smirnoff, de enseñas como J&B, Johnnie Walker, Baileys o Cacique vende 93 millones de cajas al año y Pernod Ricard, que controla además de Absolut, enseñas tan conocidas como Ballantine's, Chivas, Beefeater, Jameson o Havana Club, se acerca ya peligrosamente con 91 millones. Otra cosa es cómo pagará la francesa la deuda contraída. Pernod ha anunciado la venta de activos para ingresar 3.000 millones, pero Eriksen prefiere no hablar de eso. Ahora es tiempo de fiesta.