Empresas y finanzas
Vorágine de problemas económicos esperan a nuevo presidente
Chema Ortiz
Quito, 14 oct (EFECOM).- Una vorágine de problemas económicos que van desde la deuda exterior hasta el petróleo, pasando por el empleo, la emigración, los convenios comerciales o la seguridad jurídica de las inversiones, espera al próximo presidente de Ecuador.
El nuevo gobernante, que puede ser elegido el próximo domingo o, si no hay una mayoría suficiente, en la segunda vuelta el 26 de noviembre, recibirá un país dolarizado, sin moneda propia desde el 2000, y que aún sufre las consecuencias de la crisis bancaria que hundió su economía entre los años 1998 y 1999.
Sin embargo, y pese a los problemas, el país no pasa por un mal momento financiero, gracias al alto precio del petróleo, del que es exportador; los fuertes envíos de remesas de los emigrantes, que han reforzado su economía, y también al lavado de dinero, cuyo monto es alto, aunque difícil de evaluar, según informes internacionales.
El Gobierno del actual presidente, Alfredo Palacio, espera terminar con un crecimiento del 4,4 por ciento y con una inflación en torno al 4 por ciento el año 2006, pero también con un 65 por ciento de pobres, según organismos de la ONU, y un desempleo que sumado al empleo precario está en el 58 por ciento.
El pasado 2005, el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 3,6 por ciento y alcanzó los 33.062 millones de dólares, lo que dejó una renta por habitante de unos 2.500 dólares.
El salario mínimo vital, que se encuentra en 150 dólares al mes, está muy por debajo de la canasta básica familiar, que supera los 250 dólares mensuales, en una economía completamente dolarizada, pese a lo cual los intereses de la banca llegan al 18 por ciento.
Quizá el indicador más claro de los problema económicos del país es la emigración, ya que de los 13,4 millones de ecuatorianos, unos 3 millones, en torno al 22 por ciento, viven y trabajan en el exterior y enviaron remesas que alcanzaron en 2005 la cifra récord de 2.266,6 millones de dólares, según el Banco Central.
La deuda exterior, que cerró el año 2005 con un monto de 10.851 millones de dólares, es, en palabras del propio Palacio, un "dogal" para Ecuador, que dedica cada año, según el Gobierno, 2.500 millones a pagos en este capítulo, un 7 por ciento del Producto Interior Bruto, lo que merma sus posibilidades de desarrollo.
Esta falta de desarrollo también justifica la escasa llegada de inversiones extranjeras al país, lo que las cámaras de empresarios y embajadas consideran que se debe a la inseguridad jurídica y a la corrupción institucional, que también está calificada como una de las mayores de América en estudios continentales.
El sector petrolero, en una país cuya producción está alrededor del medio millón de barriles diarios, si ha recibido inversiones extranjeras y los ingresos brutos para el Estado procedentes de este capítulo en 2005 fueron de 5.396,8 millones de dólares.
Sin embargo, también este sector será un quebradero de cabeza para el nuevo gobernante, ya que la ineficacia de la empresa estatal Petroecuador, que extrae alrededor del 60 por ciento de la producción, es reconocida por sus propios directivos que, además, se quejan de disponer de medios obsoletos y de falta de financiación.
Un problema añadido es la reclamación de unos 1.000 millones de dólares que ha presentado ante un organismo internacional de arbitraje la petrolera estadounidense "Occidental" (Oxy), a la que Ecuador rescindió en mayo pasado el contrato de explotación que tenía para extraer 100.000 barriles de crudo, por violar el acuerdo.
Ecuador también tiene pendiente un inconcluso tratado de libre comercio (TLC) con EE.UU., que apoyan la mayoría de empresarios y al que se opone el movimiento indígena y grupos sociales.
El TLC con EE.UU. dependerá de quien sea el nuevo presidente, pues entre los trece candidatos hay división de opiniones sobre su conveniencia y muchas diferencias sobre las condiciones.
Parece haber mayor acuerdo general sobre la posibilidad de tender a una integración regional latinoamericana y la necesidad de no limitar EE.UU. la asociación comercial, sino de extenderla a otras regiones del mundo, en especial a la Unión Europea y gigantes asiáticos como China y la India.
También parece haber un acuerdo prácticamente general en la necesidad de cubrir las carencias sociales que son más evidentes en Ecuador, como la educación, la salud y el empleo, que serán retos esenciales del próximo gobernante, aunque también lo han sido de los anteriores y las soluciones no han llegado. EFECOM
cho/sm/jj