Empresas y finanzas
ACS se irá de Iberdrola si el Gobierno no le permite fusionarla con Fenosa
En el grupo constructor presidido por Florentino Pérez existe en este momento un gran malestar con los constantes cambios de opinión en el Ejecutivo. De hecho, está dispuesto a vender el diez por ciento de su participación en Iberdrola si el Gobierno no cambia la legislación del sector eléctrico para facilitar la fusión entre Fenosa e Iberdrola. El argumento utilizado por la constructora es que si se quieren crear campeones nacionales de la energía es necesario facilitar los cambios que permitan crear estos campeones para competir de manera global.
Con la legislación actual, las eléctricas serán presas de grupos extranjeros. Unos días antes de la entrada de ACS se habló de una opa de Enel sobre Iberdrola.
Falsas promesas
El presidente de ACS había logrado la promesa del Gobierno de que cambiaría la legislación. Pero los titubeos de éste la han puesto en entredicho. Primero fue el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se encargó de echar un jarro de agua fría cuando indicó que "a día de hoy" no se estaba analizando ningún cambio en la normativa, dejando a los pies de los caballos a Solbes y Vegara que el día anterior habían indicado que comenzaban a estudiarse los cambios.
Días después, el Ejecutivo volvió a matizar su opinión y a considerar la situación analizando el mercado energético no sólo desde el ámbito nacional sino desde el europeo como había recomendado el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, de un modo muy elocuente: "Hay que dejar de ser de pueblo".
Largo análisis
El Gobierno inició entonces su proceso de "modernización regulatoria" en la que se incluye la posibilidad de analizar la opción de tener dos grandes grupos energéticos fuertes que crearán mucha competencia, como en el caso del sector aeronaútico con Boeing y Airbus. Pero parece que la idea no ha terminado de convencer al Gobierno, al menos, de momento y ha decidido enfriar la operación hasta casi congelarla, al asegurar que no se trata de un asunto prioritario.
Una prueba del nuevo giro que han dado los acontecimientos es que los títulos de Iberdrola lideraron ayer las caídas del Ibex 35 dejando sus cotización en los 34,85 euros, muy por debajo de los 37 euros que pagó ACS para incremantar su participación en la eléctrica.
Hueco legal
Pese a todos estos avatares, la constructora de Florentino Pérez, sigue peleando por su operación y aprovechando el hueco legal existente en el Real Decreto 6/ 2000, pidió la semana pasada a la Comisión Nacional de Energía que le autorice a mantener los derechos políticos de su participación en Iberdrola, al tiempo que ha solicitado poder incrementar su participación hasta el 24,9 por ciento.
La CNE iniciará previsiblemente la semana que viene el análisis de esta toma de participación, aunque ya tiene nombrado oficialmente a su ponente en el consejo, Fernando Martí.
Si la CNE le autoriza este extremo y viendo la evolución bursátil de los títulos de ACS y de Iberdrola, la constructora seguiría incrementando su participación.
El objetivo de Florentino Pérez es convertirse en el primer accionista del gigante energético español con un 40 por ciento del capital. El plan inicial de ACS es incrementar su presencia en Iberdrola cuando la Comisión Nacional de Energía lo autorice, siempre que reciba alguna señal por parte del Ejecutivo de que su operación será posible.
Iberdrola, sin blindaje
Si ACS se deshiciera de su participación, Iberdrola perdería su blindaje frente a una operación de cualquier eléctrica extranjera. Compañías como Enel, EDF, Gaz de France y RWE, se han interesado por tomar posiciones en el mercado español, lo que les convertiría en buenos compradores de la participación en Iberdrola o de un buen socio para Unión Fenosa.
De hecho, la italiana Enel siempre estuvo interesada en Unión Fenosa, con la que tiene una importante alianza en el sector de las energías renovables. La petición de Iberdrola y de ACS ha encontrado a sus primeros detractores. El presidente de Hidrocantábrico, tal y como adelantó elEconomista, pide al Gobierno que mantenga las reglas del juego y no realice cambios para facilitar operaciones.
Hidrocantábrico, participada en un 98 por ciento por la lusa EDP, está a la espera de que la matriz finalice su estrategia. La compañía buscaba una alianza gasista que ha decidido dejar ahora en suspenso.