Empresas y finanzas
Menos patatas, más flores, según primer censo agrícola desde 1920
Ignacio Ortega
Moscú, 28 jul (EFECOM).- Los rusos cultivan cada vez menos patatas y más flores, y ven el campo más como lugar de descanso que de trabajo, según el primer censo agrícola desde 1920, tres años después de la Revolución Bolchevique.
"Durante el análisis de las dachas (casas de campo) y las tierras de cultivo apareció esta tendencia: los rusos cultivan cada vez más flores y menos patatas", aseguró hoy Alexandra Epíjina, jefa del departamento agrícola del Instituto Estatal de Estadísticas.
La principal conclusión del censo es que "los rusos utilizan cada vez más la tierra para el descanso" y no para el cultivo de patatas, pepinos, tomates y otros vegetales de primera necesidad, como ocurría en tiempos de la Unión Soviética.
Simultáneamente con el dramático envejecimiento de la población rural, se reduce el número de cabezas de ganado vacuno, sustituido por caprino.
El censo, que se prolongó entre el 1 y el 25 de julio, abarcó casi 250.000 granjas y propiedades agrícolas, e incluyó a 100 millones de rusos, dos tercios de la población total del país.
Aunque oficialmente el censo se ha dado por concluido, la encuesta continuará en algunas zonas remotas de Rusia (Siberia) entre el 15 de septiembre y el 15 de noviembre.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció a principios de año en el discurso del Estado de la Nación la necesidad de realizar un censo agrícola con el fin de conocer la potencialidad y los problemas del campo ruso.
Según las estadísticas oficiales, Rusia cuenta con cerca del 10 por ciento de la superficie cultivable del mundo, pero sólo el 17 por ciento de los rusos vive en el campo (24 millones).
Los ingresos mensuales de un campesino en Rusia rondan los 2.155 rublos (80 dólares), muy por debajo del mínimo de supervivencia nacional y del umbral de la pobreza marcado por la ONU, mientras el salario mensual en las grandes urbes rusas supera los 300 dólares.
Además, cerca del 40 por cien de las empresas del sector agrícola son deficitarias, por lo que Rusia sigue importando gran parte de los alimentos que necesita su población.
Coincidiendo con el anuncio de los primeros resultados del censo, la Asociación de Campesinos, Propietarios y Cooperativas Agrícolas de Rusia (AKKOR) envió hoy un mensaje al primer ministro, Mijaíl Fradkov, en el que expresa su "profunda preocupación" por la situación en el mundo rural.
La asociación pide al Gobierno que "regule la importación de carne y otros productos agrícolas en interés de los campesinos rusos".
Entre otras reivindicaciones, demandan la concesión de compensaciones por el alza en los precios del transporte y del suministro eléctrico, en línea con la inflación.
Los representantes del sector denuncian el descenso del 20 en el precio de la carne al por mayor desde principios de año, mientras la gasolina cuesta 2,5 veces más que hace seis años, la electricidad tres veces y los abonos y las tarifas ferroviarias cuatro veces.
El presidente de la AKKOR, Vladímir Plótnikov, llamó al Kremlin a reservar un capítulo importante del próximo presupuesto a la reforma del sector agrícola.
La importación de carne aumentó un 40 por ciento en el primer semestre, en comparación con el mismo período del año anterior, lo que ha colocado a Rusia en una situación similar a la de un país del Tercer Mundo.
"En la primera mitad del año el aumento de las importaciones de carne y lácteos ha sido imparable. Esto es especialmente desagradable cuando había crecido la producción de carne y se había estabilizado la de leche", aseguró Alexéi Gordéyev, ministro ruso de Agricultura.
El ministro consideró absolutamente anormal este dato y abogó por mejorar el sistema de distribución y venta de carne y leche, cuyo precio es tres y cuatro veces menor en el campo que en la ciudad.
Rusia es tradicional importador de productos cárnicos y lácteos desde hace años debido a la crisis en la que se encuentra sumido el campo ruso, donde el nivel de vida es cuatro veces inferior a la ciudad.EFECOM
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