Empresas y finanzas

La banca respalda a Vips pese a no poder cumplir las condiciones de un préstamo

  • No ha alcanzado el compromiso de rentabilidad


No resulta nada fácil en estos momentos convencer a los bancos de que perdonen las condiciones de ningún crédito. Ni por parte de los particulares ni de las empresas. Pero el grupo Vips lo ha conseguido, lo que supone a la postre una muestra de confianza de las entidades en el futuro de su negocio.

En mayo de 2006 la sociedad suscribió un préstamo sindicado, cuyo banco agente es BBVA, por un importe máximo de 82 millones de euros, que posteriormente quedó reducido a un límite de 79,3 millones en dos tramos.

En las cuentas anuales correspondientes al último ejercicio, la compañía explica que el contrato de este crédito obliga al cumplimiento de determinados ratios financieros y reconoce que "a 31 de diciembre de 2011, la sociedad dominante no cumple con dos de ellos, habiendo solicitado y obtenido (...) una dispensa por los mismos".

Fuentes próximas a la compañía han explicado que el problema está en el compromiso que se firmó par alcanzar un determinado nivel de ebitda (resultado bruto operativo), lo que implicaba además un ratio de rentabilidad, o deuda sobre EBITDA recurrente. "La banca accedió a no penalizar a la compañía ya que el diferencial frente al máximo establecido por el contrato es muy pequeño", aseguran.

El máximo establecido por el contrato era 2,5 y Vips cerró el año con un ratio de 2,88. La banca ha respaldo el proyecto de la empresa porque considera que se trata de algo coyuntural y porque se trata además de un nivel muy bajo en comparación con el resto del sector, al que la crisis le está pasando una factura muy alta. El principal problema del grupo Vips es que cerró el año con unas pérdidas de 24 millones, frente a un beneficio de 694.000 euros el año anterior. No obstante, Vips explica en sus cuentas que las pérdidas se deben en su mayor parte a los gastos no recurrentes y extraordinarios derivados del proyecto de transformación puesto en marcha.

"Los gastos extraordinarios corresponden principalmente a las medidas de saneamiento de activos, que incluyen los cierres de unidades no rentables y a la amortización acelerada de otros", según dice la propia empresa. Vips no ha podido cumplir sus compromisos con la banca, entre otras cosas, porque su resultado de explotación arroja una cifra en rojo de 42,6 millones, frente a unas ganancias en 2010 de 1,18 millones de euros.

El problema en este caso es que la caída se debe ya no sólo a los costes indirectos del proceso de transformación sino también a la caída de las ventas como consecuencia de la crisis económica que golpea a España. Vips cerró el año con una facturación de 386,6 millones de euros, lo que supone una caída del 3,8% sobre el ejercicio anterior, por debajo eso sí del desplome que está experimentando el mercado, con una caída del entorno del 6 por ciento.

El grupo cerró el año 2011 con un total de 340 establecimientos en España y Portugal, 15 menos que el año anterior, tras haber llevado a cabo la apertura de 10 restaurantes (4 propios y 6 nuevas franquicias) y el cierre de 25 unidades debido a su política de racionalización del portfolio de restaurantes.