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Los líderes enfrentados de Sudán conversan por primera vez
El encuentro cara a cara entre Omar Hassan al-Bashir y su contraparte del sur Salva Kiir en el Hotel Sheraton tuvo lugar tras una sesión de la Unión Africana en que ambos líderes se comprometieron a negociar pacíficamente las diferencias entre sus países.
Un miembro de la delegación de Sudán del Sur dijo a Reuters que ambos presidentes se reunían en el hotel.
Los dos líderes prometieron en la reunión de la Unión Africana que evitarían la confrontación en lo que diplomáticos consideraron un paso alentador hacia una solución política.
Los países vecinos, que conformaban el mayor país de la Africa subsahariana antes de que Sudán del Sur obtuviera la independencia el año pasado, se enfrentan a la amenaza de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, a menos que resuelvan pacíficamente las disputas de seguridad fronteriza, petrolera y otras hasta el 2 de agosto.
El Consejo de Seguridad de la ONU ya ha expresado preocupación por los retrasos en el proceso de negociaciones.
Los rebeldes de Sudán del Sur combatieron al Gobierno del norte, mayormente musulmán y de lengua árabe, durante más de dos décadas en una sangrienta guerra civil que terminó con un acuerdo de paz en el 2005 que abrió el camino para la independencia del sur el año pasado.
En la sesión del Consejo de la Unión Africana, los dos presidentes se comprometieron con un "nuevo espíritu de asociación estratégica", dijo a la prensa el comisario de paz y seguridad de la Unión Africana, Ramtane Lamamra.
Lamamra agregó que esto incluyó un compromiso a "nunca tener que volver a recurrir a la fuerza par resolver sus diferencias".
Los dos líderes se habían reunido en marzo, antes de que fuerzas de Sudán y de Sudán del Sur se enfrentaran por la disputada zona petrolera de Heglig.
El enviado especial de Noruega a Sudán y Sudán del Sur, Endre Stiansen, dijo que recibía con beneplácito la participación activa de la Unión Africana en alentar a las dos parte s seguir negociando y evitar un retorno al conflicto.
"Estamos llegando al fin del plazo (del Consejo de Seguridad de la ONU), de modo que es esencial que se mantenga la presión sobre las partes", comentó Stiansen a Reuters en Adís Abeba.
El funcionario afirmó estar esperanzado en que ambas partes puedan resolver sus diferencias respecto a su postura fronteriza, sobre cuánto debería pagar el sur para transportar su petróleo a través de Sudán y la división de la deuda nacional antes del 2 de agosto.
"Ahora no hay nada nuevo sobre la mesa. Si quieren moverse, pueden moverse", dijo a Reuters, agregando que los donantes internacionales están listos para respaldar al proceso de paz.