Empresas y finanzas

El desplome de Megaupload sentencia a las webs de enlaces de descargas



    La Justicia estadounidense amenaza ahora a Series Yonkis, Taringa y Pirate City.

    Se acabó lo que se daba. Estaba cantado que algún día se cerraría el grifo y ese momento ya ha llegado. Los 180 millones de usuarios de Megaupload, servicio de alojamiento de archivos y visualización de contenidos online, pueden tener la certeza de que el fin de la plataforma fundada por el excéntrico Kim Schmitz marca un antes y un después en los usos de Internet de las personas registradas, especialmente activa, en esa web, ahora ilegal y criminal. Para bien y para mal, nada será igual a partir de ahora en buena parte de la Red.

    La primera consecuencia a corto plazo es que el sitio ha dejado de funcionar definitivamente. Su dirección web está bloqueada, igual que Megavideo. Por lo tanto, los internautas que utilizaban esa herramienta deberán buscarse otros sistemas para subir o descargar ficheros. Todavía existen alternativas de discos duros virtuales de acceso público (RapidShare, Wupload, MediaFire, Hotfile, Zserve, Fileserve...), pero no se sabe cuánto tiempo estarán operativas, ya que todo apunta a que el efecto dominó sacudirá al resto de este sector. De esa forma, sitios como Películas Yonkis, Series Yonkis, Taringa, The Pirate City y Mulinks, entre otros, tienen motivo para ir poniendo sus respectivas barbas a remojo.

    Es cierto que la inmensa mayoría de las descargas realizadas en esos sitios corresponden a películas y series de televisión protegidas con derechos de autor, pero también es verdad que la aplicación servía para administrar ficheros perfectamente legítimos. En esos casos -los menos-, pagarán justos por pecadores.

    Entre las grandes incógnitas se encuentra la suerte que correrán los documentos legales. "Está muy bien que se persiga la ilegalidad", señaló el director de cine Alex de la Iglesia, pero "¿qué pasa con la gente que tenía un montón de información compartida en Megaupload?", se preguntó en Twitter.

    Tampoco está claro cuál será el destino de los datos personales de los usuarios suscritos a Megaupload. Por el momento, los servidores están bajo tutela de los agentes federales y éstos podrían registrar la identidad de todos ellos.

    La historia del cierre de Megaupload sacudió ayer las redes sociales, entidades siempre sensibles a todos los movimientos relacionados con la administración de las libertades en Internet. El revuelo fue de alcance global, propio de un sitio que presume de haber tenido mil millones de visitantes en sus siete años de historia, así como un promedio de 50 millones de visitas diarias y cerca del 4 por ciento del tráfico total en Internet.

    La puesta en escena del cierre de Megaupload fue ejemplarizante, propio de un telefilme, con asalto a las oficinas por parte de agentes del FBI, confiscación de materiales en nueve países de forma simultánea y detenciones en Nueva Zelanda de los responsables de la empresa.

    El primer ejecutivo, el hacker Kim Schmitz (alias Kim Dotcom) no es precisamente un paradigma de ejemplaridad: participaba en carreras de coches deportivos en autovías y autopistas y dicen que ofreció diez millones de dólares como recompensa a quien capturara a Bin Laden.

    El estrépito de la clausura de Megaupload no representa el fin generalizado de los servicios de almacenamiento de archivos voluminosos por parte de particulares para su puesta a disposición de otros usuarios. Por ahora existen otros servicios online que pueden realizar similares cometidos (Rapidshare, MediaFire, BitTorrent, Hotfile, entre otros).

    A grandes rasgos, el servicio gratuito de Megaupload permitía colgar de la web contenidos de hasta 2 GB, así como bajar archivos de 1 GB (el tamaño dela mayoría de las películas, por ejemplo). Por el contrario, los usuarios registrados y suscritos a modelos premium podían bajarse hasta 100 GB de contenidos, en estos casos a la velocidad que determine su tipo de conexión.

    Parece poco menos que un milagro que los abonados a Megaupload puedan recuperar el importe de sus suscripciones. Pese a ello, la asociación de consumidores Asgeco aconsejó a los usuarios que hayan pagado por el uso del servicio que realicen la reclamación del reembolso proporcional de la cuota por los días durante los cuales el sitio web no sea accesible. "Para ello hay que reunir todas las pruebas con el fin de sustentar una reclamación contra la empresa", añaden.