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Berlusconi sufre una dura derrota en los referendos
Las propuestas para revocar legislaciones de la era de Berlusconi sobre energía nuclear, privatización de agua e inmunidad judicial para los ministros contaban con el apoyo de los partidos de la oposición y las críticas de la centro derecha.
Cifras del Ministerio del Interior situaban la participación en el 57 por ciento, un gran cambio respecto a la floja participación de referendos anteriores, y el 95 por ciento de los votos escrutados apoyaba las mociones.
Berlusconi, que aún no se ha recuperado de la contundente derrota que recibió el mes pasado en las elecciones locales, había declarado que no votaría, pero una participación inusualmente alta acabó con cualquier esperanza que tuviera de que no se alcanzara el quórum necesario de más del 50 por ciento.
En un comunicado, el primer ministro señaló que el Gobierno aceptaría el "claro" resultado de las urnas.
"El Gobierno y el Parlamento tienen ahora el deber de aceptar completamente el resultado de los cuatro referendos", dijo.
Berlusconi señaló que probablemente la votación había terminado con cualquier perspectiva de emplear energía nuclear en Italia.
Los referendos requerían una participación de más de 50 por ciento del censo para ser válidos y cumplieron ese objetivo con facilidad. Se consideraba que los partidarios de las propuestas tenían más probabilidades de ir a votar que sus oponentes.
La votación no podía haber llegado en peor momento para el líder de 74 años, que se enfrenta a un escándalo sexual y a tres juicios por fraude y se ha visto debilitado por la demoledora derrota en las elecciones locales del mes pasado, que alcanzó a su base de poder en el norte, Milán.
Por su parte, la oposición de centroizquierda ha hecho campaña con fuerza para llevar a los votantes a los colegios electorales. El último referéndum que alcanzó el quórum en Italia se celebró en 1995. Desde entonces, seis se han declarado nulos.
Pierluigi Bersani, líder del Partido Demócrata de centroizquierda, dijo que había sido "un día extraordinario" y repitió sus peticiones de que Berlusconi dimita.
"UNA BOFETADA EN LA CARA"
Algo más ominoso para el gobernante partido de centroderecha es que los aliados de Berlusconi, la Liga Norte, parece estar perdiendo la paciencia después de semanas de acritud, planteando la posibilidad de una ruptura que podría costarle la mayoría al Gobierno.
"En las elecciones locales hace dos semanas recibimos una bofetada en la cara, ahora con este referéndum hemos tenido la segunda bofetada y no quiero que esto se convierta en una costumbre", advirtió Roberto Calderoli, uno de los ministros de la Liga.
Una economía estancada, uno de los niveles de deuda pública más altos del mundo y un desempleo juvenil del 30 por ciento están entre los problemas a los que se enfrenta un Gobierno marcado por las divisiones sobre asuntos como los impuestos o la campaña de la OTAN en Libia.
El ministro de Economía, Giulio Tremonti, al que se atribuye haber protegido a Italia de la crisis financiera, ha insistido en una rígida disciplina presupuestaria, pero se enfrenta a una creciente hostilidad de los miembros del gabinete, alarmados porque su política se convierta en un veneno electoral.
Una moción de confianza en el Parlamento prevista para el 22 de junio, que pretendía probar la mayoría del Gobierno tras una renovación del gabinete el mes pasado, será el próximo indicador sobre si Berlusconi tiene el apoyo para cumplir su legislatura, que termina en 2013.
"Berlusconi tiene que demostrar que es valiente y lanzar un programa ambicioso para los próximos dos años. Debe hacerlo ahora, el 22 de junio en el Parlamento", indicó el ministro del Interior, Roberto Maroni, otro líder de la Liga Norte, en el diario Corriere della Sera.
Mientras crece la especulación sobre que las divisiones internas podrían derribar al Gobierno antes de las elecciones de 2013, el referéndum fue un duro recordatorio sobre la opinión del electorado.
Berlusconi ha sido un gran partidario de la energía nuclear, que según la centro derecha es indispensable para el futuro de un país que importa casi toda su energía.
Consciente del probable revés de apoyo público a lo nuclear tras el desastre del reactor japonés de Fukushima en marzo, el Gobierno ha suspendido sus planes nucleares. Sin embargo, el referéndum podría bloquearlos durante décadas.
Una de las consultas realizadas se saldó con el rechazo al "impedimento legítimo" que permite a los ministros evitar audiencias judiciales en su contra si están ocupados en asuntos del Gobierno, que según los críticos de Berlusconi es un privilegio creado para su beneficio personal, que podría retrasar los cuatro juicios abiertos en su contra.
Otras dos cuestiones planteadas se referían a la privatización del suministro de agua. El Gobierno afirma que la privatización es esencial para financiar mejor los servicios, mientras que los que se oponen señalan que provocaría precios más altos.