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La ONU pide tregua tras la muerte de 20 niños en Misrata
La tercera ciudad libia, donde se cree que cientos de personas han muerto por fuego de artillería y francotiradores de Muamar al Gadafi, es el principal foco de los esfuerzos por proteger a los civiles en medio de un intento del Gobierno de sofocar una rebelión armada.
Pero al mismo tiempo, las potencias occidentales están buscando formas de apoyar a los rebeldes en sus esfuerzos por derrocar a Gadafi.
Reino Unido ha señalado que enviará militares para asesorar a los rebeldes en la organización y las comunicaciones, pero que no adiestrará o armará a los combatientes.
Por su parte, Italia dijo que el Grupo de Contacto internacional para Libia está buscando la manera de permitir que los rebeldes vendan el petróleo producido en el este, pese a un embargo de la ONU sobre las comercialización del crudo libio.
Dos meses después de que comenzara la rebelión en Libia, inspirada por los alzamientos contra gobernantes autocráticos en otras partes del mundo árabe, la dramática situación de la ciudad subraya las limitaciones de una campaña aérea liderada por la OTAN para impedir las operaciones aéreas de las fuerzas de Gadafi y proteger a los civiles.
"Cincuenta días después de iniciados los combates en Misrata está emergiendo el panorama completo de la cifra de niños muertos, que es mucho peor de lo que temíamos y que seguramente empeorará a menos que haya un alto el fuego", dijo Marixie Mercado, portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF.
"Tenemos al menos 20 muertes infantiles verificadas y muchos otros heridos por metralla de morteros, tanques y balas", indicó en una rueda de prensa en Ginebra.
Grupos humanitarios dicen que en la ciudad escasean la comida, los medicamentos y otros productos básicos, mientras que decenas de miles de víctimas y trabajadores extranjeros esperan en el puerto a ser evacuados.
Muchos miembros de la OTAN se niegan a ir más allá del mandato de la ONU de aplicar una zona de exclusión aérea, pese a las peticiones de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que quieren ver a Gadafi fuera del poder.
Mientras, en España el Congreso de los Diputados autorizó el martes la ampliación por dos meses de la misión de control y garantía de la zona de exclusión aérea en Libia, así como la posibilidad de que los efectivos españoles puedan participar en una futura misión de ayuda humanitaria autorizada por la ONU.
ATAQUES AÉREOS
La OTAN dijo en un comunicado que sus ataques del lunes por la noche habían atacado infraestructuras de comunicaciones y el cuartel central de la 32 Brigada de Gadafi, situada 10 kilómetros al sur de Trípoli.
La televisión estatal añadió que la OTAN también había bombardeado las localidades de Sirte y al-Aziziyah.
Incluso los defensores de intensificar los ataques contra las fuerzas de Gadafi han insistido en que no desplegarán soldados sobre el terreno.
Pero la Unión Europea delineó un plan tentativo el lunes para hacer precisamente eso para proteger la entrega de ayuda en Misrata y en el resto del país si así lo solicitara la ONU, según funcionarios.
Cualquier misión de la UE podría involucrar a cientos de efectivos militares para vigilar el transporte de suministros directamente a Libia, en especial a Misrata, y ayudar a suministrar comida y cobijo a los campamentos de refugiados en las fronteras con Túnez y Egipto.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dijo haber obtenido el consentimiento de Libia para entregar comida a las localidades del oeste afectadas por la guerra.
Ocho camiones llegaron desde Túnez con 240 toneladas de alimentos -suficientes para alimentar a casi 50.000 personas durante 30 días- a ciudades del oeste como Zawiyah, Zintan y Nalut.
CARGAMENTOS DE GASOLINA
La combinación entre los combates y las sanciones de la ONU ha provocado una escasez de gasolina en Trípoli y otras ciudades controladas por el Gobierno en el oeste.
Sin embargo, el funcionario estatal Bashir Guiloushi, que preside la petrolera Brega Oil Company, dijo a una cadena oficial de televisión que "estamos trabajando para garantizar la llegada de sucesivos cargamentos de gasolina", sin especificar su procedencia.
Guiloushi también dijo que la refinería de petróleo Zawiyah, situada al oeste de Trípoli, donde la producción estuvo parada durante varias semanas mientras los rebeldes controlaban la ciudad, estaba trabajando de nuevo a pleno rendimiento.
Por ahora, el único alivio en Misrata es el puerto, donde llega la ayuda humanitaria y embarcaciones que evacuan a trabajadores extranjeros y libios heridos.
Barcos contratados para viajes especiales evacuaron a casi 1.600 trabajadores extranjeros y heridos de Misrata el lunes.
"No hay electricidad. La ciudad está funcionando con generadores (...) las reservas de combustible se están agotando", dijo la investigadora de Amnistía Internacional Donatella Rovera a Reuters por teléfono.
"El suministro de agua ha estado cortado durante semanas, por eso se están usando reservas de nuevo", agregó.
Un portavoz rebelde dijo que al menos 31 personas murieron en Misrata el domingo y el lunes, víctimas de los bombardeos del Gobierno y de sus francotiradores. Rovera añadió que los ataques continuaban el martes.
Miembros del Sindicato Médico Árabe que trabajan en Misrata dijeron a la Organización Mundial de la Salud que el hospital de 120 camas allí está "abrumado". Los médicos señalaron que al centro llegan a diario unos 30 pacientes con diversas heridas, y muchos necesitan cirugía.