Empresas y finanzas

La entrega del primera Airbus A380 a Singapur Airlines queda en segundo plano tras los escándalos en EADS



    El constructor aeronáutico europeo Airbus ha realizado hoy la primera entrega de su avión estrella, el A380, a Singapore Airlines, que será la primera aerolínea en operar rutas comerciales con el 'superjumbo'. El primer vuelo con clientes a bordo se efectuará el próximo 25 de octubre, entre Singapur y Sidney.

    Tras una ceremonia que ha tenido lugar en el centro de entregas del constructor aeronáutico en Toulouse, con cerca de 500 invitados, el aparato despegará mañana rumbo al aeropuerto de Singapur. El consejero delegado de Airbus, Tom Enders, subrayó que el acto "representa un hito para todos los que trabajaron tan duro en los últimos años para hacerlo real".

    Las sospechas señalan a EADS

    La entrega del primer A380, que debía servir a Airbus para hacer olvidar el retraso del programa del mayor avión comercial de la historia, se ha visto oscurecida por la investigación a directivos y accionistas de su casa matriz EADS.

    La polémica no ha dejado de inflarse desde que la prensa reveló que a comienzos de mes la Autoridad de los Mercados Financieros de Francia (AMF) entregó a la justicia una nota por sus sospechas de uso de información privilegiada por parte de una veintena de dirigentes o ex dirigentes de EADS en la venta de acciones en los meses que precedieron el anuncio, en junio de 2006, de los retrasos del A380, que provocó el desplome de la cotización.

    En el ojo del huracán

    En el centro del huracán, Arnaud Lagardère negó las alegaciones de que vendió la mitad de las acciones de EADS del grupo que lleva su nombre (el 7,5%) precisamente dos meses antes de ese anuncio para evitar su desvalorización porque ya estaba al corriente de que el programa de entregas del avión gigante se iba a retrasar dos años.

    En una entrevista publicada ayer por Le Journal du Dimanche (un periódico propiedad de su empresa), Lagardère no sólo aseguró que no estuvo al tanto de ese aplazamiento de las entregas del A380 hasta el consejo de administración de EADS celebrado el 12 de junio de 2006, sino que el primer ministro francés de entonces, Dominique de Villepin, estuvo informado de sus intenciones y de la operación desde enero de ese año.

    Una forma de pasar a Villepin la patata caliente sobre el hecho de que a su Ejecutivo (el Estado francés es el primer accionista de EADS con el 15%) no sólo no se le ocultaron esas maniobras, sino que también sabía que el organismo financiero estatal CDC iba a comprar una parte de los títulos cedidos por Lagardère (finalmente un 2,5%).

    Afirmación que anuncia un nuevo rifirrafe político en Francia, ya que el ministro de Economía en ese momento, Thierry Breton, ha indicado que se enteró por la prensa de la entrada en juego de CDC.

    Consecuencias económicas de la crisis

    Todos esos elementos han pesado en la ceremonia de Toulouse, que Airbus quería que sirviera para marcar un punto de inflexión en la crisis continua que ha vivido por los retrasos en la fabricación del A380, cuyo costo se mide en miles de millones de euros y en un plan de ajuste que conllevará la supresión de 10.000 empleos en Europa de aquí a 2010 y la venta de seis plantas.

    El fabricante aeronáutico, consciente de que su imagen sigue asociada a ese escándalo, pretende fijar la atención en que en el terreno comercial, se está remontando el bache.

    El presidente de Airbus, Thomas Enders, subrayó el viernes que las primeras ventas en dos años del A380, anunciados en las últimas dos semanas a British Airways y a Marsans, marcan "el comienzo de una nueva oleada de encargos".

    Quince clientes

    Con estos dos ya son quince los clientes que han encargado 165 unidades en firme y 20 opciones de este avión gigante, con capacidad para transportar entre 525 pasajeros, en configuración estándar, y hasta 850 en disposición chárter y clase única.

    Unas cifras que superan muy ampliamente las del que ha sido hasta ahora la mayor aeronave comercial, el 747 del estadounidense Boeing -que incluso en la versión ampliada en proyecto se quedará en un tope de 450 plazas-, y que constituyen el principal argumento comercial en un contexto duradero de combustibles con precios altos y de crecientes congestiones en los aeropuertos.

    La apuesta del A380, que según Airbus permitirá un costo de explotación por asiento entre un 15 a un 20% inferior al del 747, es que la evolución del tráfico aéreo conduce a la creación de grandes plataformas aeroportuarias que actuarán como centro de correspondencias y que para comunicarse entre sí recurrirán a grandes aviones, que supondrán el 7% del total entre 2006 y 2025.