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G8, Lula y Lamy creen posible un acuerdo rápido para cerrar la Ronda de Doha
Heiligendamm (Alemania), 8 jun (EFECOM).- Los líderes del G8, la OMC y Brasil coincidieron hoy en que es posible lograr un acuerdo "rápido" para cerrar antes de finales de año la Ronda de Doha de liberalización comercial, para lo que es necesario un compromiso político.
El éxito de la ronda "es crucial", señaló la anfitriona de la cumbre del G8, la canciller alemana Angela Merkel, en la conferencia de prensa con la que cerró tres días de reuniones en esta ciudad balneario de la costa báltica.
El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, señaló en su intervención ante los líderes del G8 que un acuerdo provisional "está al alcance" en 6 ó 9 meses, por lo que "no deben dejar que esta oportunidad se les escape de los dedos".
La declaración sobre comercio de la cumbre destaca la "necesidad de un acuerdo ambicioso, equilibrado y global" de la Ronda de Doha, actualmente estancada.
Los miembros del G8 (EEUU, Japón, Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Rusia) señalaron que si se intensifica el trabajo "se puede concluir la Ronda para el final del 2007".
Para ello, dijeron, "ha llegado la hora de traducir el compromiso continuado a nivel político en resultados tangibles".
Los jefes de Estado y Gobierno pidieron que sus ministros de Comercio para que presenten en las próximas semanas "un programa sólido" para una negociación multilateral.
Además, insistieron en que los miembros de los grupos negociadores de la OMC en Ginebra "logren un avance a tiempo" para desbloquear el proceso de forma que se pueda concluir la Ronda para este año.
La Unión Europea (UE), Estados Unidos, Brasil y laIndia (el llamado G4 de la OMC) han protagonizado en las últimas semanas un intenso proceso de contactos para tratar de reanudar las negociaciones.
El G4 tiene previsto intentar solucionar las principales cuestiones de la negociación de la Ronda de Doha en una reunión ministerial a mediados de junio en un lugar aún no definido de Europa.
La Ronda de Doha, lanzada en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001 y que pretendía concluir a finales de 2006, busca profundizar en la liberalización comercial de agricultura, industria y servicios, entre otros, y que sus principales beneficiarios sean los países en desarrollo.
En la última sesión de la cumbre del G8, el club de los países más industrializados trató esta cuestión con el llamado G5 -formado por los países emergentes más importantes: México, Brasil, Suráfrica, China y la India-.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó tras las reuniones que la reanudación de las negociaciones de Doha está próxima y que si antes era optimista, lo es más tras la jornada de hoy con el G8.
"Me critican por optimista. Pues ahora les digo que dejo esta reunión más optimista que antes. Las negociaciones de Doha podrían empezar muy pronto, cuando menos se lo esperen", dijo Lula en un encuentro con periodistas.
Según el presidente brasileño, aunque una gran parte de la discusión estuvo relacionada con la contribución de los países en desarrollo a la lucha contra el cambio climático, la Ronda de Doha no quedó en absoluto relegada a un segundo plano.
"Todos tenemos interés en relanzar y concluir con éxito las negociaciones y creo que es posible lograr esa meta si todos ponemos de nuestra parte y flexibilizamos nuestras posiciones", señaló.
A su juicio, "lo único que hace falta para relanzar Doha es decisión política porque las decisiones económicas ya han sido tomadas. Los problemas a los que nos enfrentamos son políticos y la única forma de superarlos es tomando decisiones políticas".
Agregó que "lo que ahora asistimos es a una partida de póquer", que tiene "algún que otro farol. Pero no deja de ser una partida, una partida que está a punto de acabar".
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país es uno de los más apegados a los subsidios agrícolas y exige compensaciones por su reducción, mantuvo hoy la tradicional postura de su país acerca de que "es necesaria la reciprocidad" en las concesiones en este ámbito.
Si Lula eligió el símil de la partida de cartas, Sarkozy empleó uno deportivo, al decir que "la ingenuidad debe quedar en el vestuario", en una conferencia de prensa en la que dijo con tono batallador: "luché para defender nuestros intereses". EFECOM
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