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Desaparecen las cuotas para limitar la inmigración de europeos a Suiza



    Mar Gonzalo

    Ginebra, 31 may (EFECOM).- Suiza eliminará a partir de mañana todos los cupos anuales que desde hace 5 años impone para restringir la entrada de ciudadanos de la Europa de los Quince, entre otros, que quieren instalarse en su territorio, lo que despierta el temor entre parte de la ciudadanía de que el paro se dispare.

    Pese a su decisión de mantenerse fuera de la Unión Europea (UE), Suiza estrecha cada vez más sus lazos con la potencia europea a través de acuerdos bilaterales para asuntos económicos y sociales.

    Entre ellos, en 2000 se acordó la libre circulación de ciudadanos de la UE (cuando ésta tenía 15 miembros) a partir del 1 de junio de 2002.

    Sin embargo, el país alpino, entre los de mayor calidad de vida del mundo, negoció un periodo transitorio de cinco años en el que se reservaba el derecho a establecer cuotas anuales que limitaran el número de inmigrantes procedentes de cada país.

    Pese a los temores iniciales, inicialmente no hubo una avalancha de personas en busca de trabajo, que, sin embargo, sí se produjo en 2004, cuando se derogó oficialmente la ley que daba a los suizos prioridad sobre los extranjeros en la asignación de empleos.

    Suiza eliminará a partir del 1 de junio los contingentes establecidos para todos los países de la Europa de los Quince: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal, Reino Unido y Suecia.

    También se eliminan las cuotas para los países de la Asociación Europea de Libre Comercio, AELC (integrada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein), así como con Malta y Chipre.

    Tal como ya ocurriera en 2002, los temores de parte de la ciudadanía se han vuelto a despertar, ante la posibilidad de que un aumento de la entrada de inmigrantes trabajadores eleve la tasa de paro, que, en el 4 por ciento, está en el nivel más bajo de los cuatro años y medio.

    Por ello, desde el Gobierno se trata de enviar un mensaje tranquilizador a través de informes y declaraciones como la del responsable de Trabajo de la Secretaría de Estado helvética de Economía (SECO), Serge Gaillard, que esta semana asegura en varios medios de comunicación que la eliminación de los contingentes no amenazará el empleo.

    "Crecimiento y reducción del paro son impensables sin la inmigración", asegura Gaillard, quien recuerda que las puertas de Suiza están ya desde hace mucho tiempo muy abiertas al resto de Europa, sin que se haya "inundado" de inmigrantes.

    Incluso, asegura que el paro se ha reducido desde que existen acuerdos bilaterales que permiten la entrada limitada para residir de ciudadanos europeos.

    El político reconoce que la afluencia de trabajadores cualificados ha hecho aumentar la competencia en el mercado laboral suizo, pero, al mismo tiempo, asegura que el crecimiento económico ha permitido mejorar las condiciones de los empleados.

    En Suiza ya una de cada cuatro personas que trabaja es extranjera, según datos del Gobierno, y buena parte de ellos son transfronterizos, es decir, viven en países colindantes (Francia, Alemania, Austria, Italia y Liechtenstein) pero sus empleos están en territorio helvético.

    Esos trabajadores, tienen que vivir en determinadas zonas fronterizas de uno de esos países vecinos y pueden trabajar en Suiza sólo en áreas cercanas de las fronteras; al tiempo que las condiciones de su permiso de residencia les obligan a volver a su país de residencia por lo menos una vez por semana.

    Hasta la introducción de la nueva legislación de libre circulación en junio de 2002, tenían que volver todos los días después del trabajo.

    Más de la mitad de estos trabajadores transfronterizos vive en Francia, una quinta parte en Italia y otro quinto en Alemania, y en su mayoría trabajan en el noroeste de Suiza, en la región del Lago Leman y en el cantón del Ticino.

    A partir de mañana, también se suprimirá la regulación de esas zonas fronterizas, con lo se permitirá que los trabajadores transfronterizos que busquen trabajo en toda Suiza.

    Para hacer frente a la previsible presión a la baja de los salarios con la entrada de mano de obra más barata, las autoridades helvéticas han diseñado un programa de medidas de acompañamiento, al tiempo que ya negociaron en su día el derecho de dar marcha atrás y volver a imponer cuotas en 2012 si la inmigración resulta excesiva. EFECOM

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