Guillaume Faury, el nuevo consejero delegado de Airbus, aseguró ayer en su primer encuentro oficial con la prensa de medio mundo en Toulouse que en el futuro del fabricante aeronáutico está incluido Reino Unido, independientemente del resultado del Brexit. Y es que, a diferencia de su antecesor en el cargo, Tom Enders, que amenazó con dejar el país en plena pugna con la UE por el futuro de las fronteras, el ejecutivo de origen francés quiere mantener viva la pata británica de Airbus. "Queremos permanecer en Reino Unido. Tiene una industria importante, trabajadores altamente cualificados y gran investigación. Airbus es parte de Reino Unido y Reino Unido es parte de Airbus. Queremos estar, pase lo que pase con el Brexit", sentenció Faury.El gigante aeronáutico europeo fabrica las alas de todos los aviones comerciales y de la mayor parte de los militares, incluido el A400M, en Reino Unido y trasladar las plantas, que emplean a 14.000 personas, al Continente sería muy complicado, además de muy caro, puesto que se tendrían que construir nuevas infraestructuras mientras se mantienen abiertas las británicas y poco a poco ir trasladando la producción y el personal. Faury maneja dos escenarios respecto al Brexit: uno a corto plazo "disruptivo si no hay acuerdo" y otro a largo plazo, donde finalmente habrá algún tipo de acuerdo comercial. La guerra comercial desatada por el presidente de EEUU, Donald Trump, las tasas al combustible y las consecuencias de la crisis del 737 MAX de Boeing también preocupan especialmente a la compañía. "La guerra comercial no ayuda a nada, no ganará nadie. La aeronáutica es una industria global y Airbus es una compañía global que conecta a la gente y se beneficia de la globalización. Queremos seguir conectando el mundo y para ello es importante que vivamos en un mundo global. Competir es bueno para beneficiar a los clientes", explicó el directivo.